domingo, 2 de agosto de 2009

LA VIGA EN EL OJO PROPIO

Como el miedo es el mayor suplicio de lo tiranos, el crimen más irremisible a sus ojos, es hacerles sentir miedo.
- Maximilian Robespierre -

Cnel. (GN) Antonio Semprun



Vuelve el presidente venezolano a protagonizar otro episodio de bravuconadas encarnándose esta vez en el Pedro Navaja venezolano. Ordenó la revisión de las relaciones bilaterales con Colombia por la decisión del país neogranadino de autorizar el uso de bases militares por los EEUU para ayudar en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico considerado este acto por el presidente venezolano como una amenaza, acción respaldada inmediatamente por Ecuador y Bolivia, habría que pensar para quién es una amenaza o para qué. En Venezuela se ordenó la salida de los funcionarios de la DEA, en Ecuador se ordenó el cierre de la base de Manta desde donde se dirigía la lucha contra el narcotráfico en la región andina, en Bolivia se cultiva la materia prima del flagelo que está destruyendo la juventud del mundo, la hoja de coca, es tiempo de dejar de mirar los árboles para mirar el bosque. En los últimos días a propósito, los mismos que el delfín hondureño del presidente venezolano ha esta do fuera del poder, el tráfico de drogas en la región centroamericana ha disminuido. Al gobierno venezolano le es muy cuesta arriba seguir apoyando su afán expansionista y seguir comprando conciencias con el dinero que produce la diezmada renta petrolera venezolana, entonces cual puede ser otro ingreso que en cantidades cuantiosas de dinero le permita al Pedro Navaja venezolano seguir soñando en coronarse como emperador de América. La globalización que no permite que hoy en DIA nada sea nacional hace que el acontecer mundial se conozca en segundos en cada rincón del planeta, Colombia no pidió revisar las relaciones con Venezuela, cuando esta última le compró a Rusia millones de dólares en armas, aviones y tanques, ni cuando se le permitió a la flota Rusa encabezada por el destructor Pedro El Grande navegar y fondear en aguas venezolanas cuando eso ocurrió, para el gobierno venezolano fué una decisión soberana. La aparición en manos del grupo narcoterrorista de las FARC de armas que fueron vendidas a Venezuela por la empresa sueca Saab Bofots Dynamic. Ha llevado al presidente venezolano a decir que Uribe prendió un ventilador de porquería, hay que hacerse una pregunta obligada a la que le conocemos su respuesta: Como llegaron esas armas a la FARC? Bueno, es probable que alguna de las empresas venezolanas de envío rápido se haya equivocado y las hayan dejado olvidadas en algún lugar en la frontera entre Venezuela y Colombia. El pueblo colombiano y su gobierno en su permanente pesadilla seguramente recordaran a Soren Aabye Kierkegaard cuando dijo ''Puedes hablar de la dictadura de Nerón y Tiberio, pero la tiranía real es la del vecino de al lado''. El presidente venezolano en otra decisión irresponsable sumerge a Venezuela como un estado forajido que rompe con las leyes internas e internacionales. Ordena la congelación de relaciones con el segundo socio comercial más importante en la región, con esta decisión que obstruye el comercio bilateral Venezuela es arrastrada a la miseria por un personaje que quiere tapar lo evidente, lo contundente a quien no le importa el destino del que El, llama el soberano porque su verdadera preocupación es su infinito ego. Hoy vuelve ha valerse de la ignorancia del pueblo y de la complicidad de muchos cuando emprende una nueva cruzada contra los medios de comunicación, silencia treinta y cuatro estaciones de radio de una lista de más de doscientas y expresa ''No hemos cerrado emisoras, las hemos recuperado para el pueblo''.
El gobierno venezolano está ahogando la Libertad de expresión en Venezuela. Comenzó cerrando Radio Caracas Televisión y ahora sigue con las estaciones de radio. Aquellas estaciones que logren sobrevivir serán amordazadas con la promulgación de la Ley de Delitos Mediáticos propuesta por la Fiscal General, esto ocurrirá detrás de la máscara de democracia que hoy tiene puesta a quien el pueblo venezolano ciertamente eligió legítimamente pero quien se deslegitimo en su desempeño.