domingo, 18 de enero de 2015

Maduro, el muchacho de los mandados


Venezuela es hoy un país de Record Guinness. En los últimos dieciséis años un grupo de delincuentes conformado por extranjeros y venezolanos que muestran en sus curricula vitae una larga lista de robos, asesinatos y falsificaciones usurparon el poder para usarlo como patente de corso.
 
Lograron  arruinar al quinto exportador de petróleo del mundo, transportaron a sus ciudadanos al siglo XIX, se pelean como enemigos en largas colas para disputarse un artículo de primera necesidad o un jabón de baño, crearon en tiempo récord una multimillonaria clase social  en la que la riqueza no es  fruto del  trabajo y aún así pretenden tapar el sol con un dedo para mantener su status quo.
 
Sobre el moribundo país no se ven  buitres volando en círculos para alimentarse de sus restos, porque estuvieron por más de una década alimentándose de sus  riquezas. Ahora se alejan a buscar otro país  del cual alimentarse dejando a los venezolanos al borde del desastre y de la hambruna, mientras la corrupta cúpula que saqueó y entregó el país flota dentro de una burbuja dorada donde no existe escasez ni inseguridad.
 
En esa cúpula de delincuentes está el muchacho de los mandados,  un grave problema para Venezuela, no por lo que le mandan a decir (que lo repite mal), sino por lo que le mandan a entregar. En esa acción ha entregado la tranquilidad de los venezolanos, la Soberanía Nacional, las riquezas del país y sus empresas más importantes hipotecando así el futuro de los venezolanos.
El muchacho de los mandados se fue de viaje a pedir dinero, salió  con una enorme comitiva que incluyó a toda su familia, lo que hace ver insignificante el viaje a Brasil de la niñera de Elías Jagua en un avión de PDVSA. Ante éste abuso en el que se gastaron millones de dólares de un país que se acerca vertiginosamente al default.
El muchacho de los mandados y sus mandaderos dejarán de saquear a Venezuela en el momento en  que los venezolanos entendamos que no necesitamos un mesias, necesitamos unirnos monolíticamente para rescatarla.
 
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
 
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