sábado, 25 de octubre de 2014

Palabra de ladrones


Después de casi dieciséis años de desgobierno, Venezuela es el reflejo de un país arruinado, debido a una administración ignorante y corrupta que lo único que ha sabido hacer es buscar culpables para endosarle sus errores.
Quien asumió el poder en el año 1.998 después de robarle la vida a más de cien venezolanos  usando las armas de la República, lo obtuvo  mintiendo, fue la forma de timar a un pueblo que buscaba nuevos horizontes. La mentira es usada por este régimen como el lubricante para crear esperanza en una población cada día más dependiente de las dádivas que le arroja el poder ejecutivo.
Expresiones como las pronunciadas por Chávez, “no importa si no tenemos para comer ni para vestirnos, lo que importa es la revolución”, la del ministro Ricardo Molina  ante la escasez de shampoo en el país, “pues si por la revolución tenemos que dejar de lavarnos el pelo, lo haremos”, o la de Rafael Ramírez, en relación a la aceptación de Venezuela como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, “es la muestra del amplio apoyo internacional a la revolución como promotora de la paz, de la justicia social y de los derechos”, reflejan que así como la inseguridad,  la mentira es una política de estado.
La jerga entre ladrones  solo busca complicidad  entre ellos.  Es el comportamiento de un régimen de ladrones que empeñaron su palabra de brindar desarrollo,  mejor futuro  a los venezolanos quienes después de una década,  algunos  visten con harapos, otros buscan alimentos en los basureros y muchos deambulan entre farmacias y supermercados para poder sobrevivir.
Solo el despertar del pueblo subyugado por la mentira de los delincuentes lo hará libre.

Cnel (GN) Antonio Semprún
@antoniosemprún