- Antonio Semprún -
Cnel (GN) Antonio Semprún
La desgracia tocó la puerta en Venezuela, el NO CREO, la indiferencia, la pasividad de un gran número de venezolanos ha abierto esa puerta para darle entrada al mayor atraso que puede experimentar un país del que brota riqueza de su suelo. Es preciso abrir los ojos para cerrar esa puerta. Tener presente aquel refrán que reza " Depende del cristal con que se mire " porque hay un sólo cristal para mirar lo que está ocurriendo en Venezuela, es el cristal de la desgracia en la ultima década, el país ha experimentado un meteorico e injusto retroceso. En el globalizado mundo del nuevo siglo nos han montado en un autobús que nos lleva en frenética carrera hacia el siglo pasado, este triste fenómeno se debe a las acciones de un individuo de subordinada inteligencia que necesita viajar permanentemente a una isla del caribe donde gobierna un dúo maquiavélico para recibir las ordenes que debe cumplir en su afán de imitarlos y de esa manera robarle la paz y el futuro a un pueblo entero. Paso ha paso ha ido cercenando los derechos y la libertad de los venezolanos percibiendo sólo tímidas respuestas de rechazo por tan grosero abuso. Para este personaje sólo existe una meta posible, la imposición de su collage revolucionario que ha sumido a los venezolanos en sentimientos de dolor, tristeza, miseria, odio, separación y limitaciones. Sentimientos que en su ego infinito están prohibidos para el hijo del Che, de Fidel, de Marti, de Mao, de Bolívar, de Urdaneta porque están reservados exclusivamente para el pueblo y el país que dice amar. El mismo pueblo que vive entre apagones de luz en un país con altísimo potencial hidroeléctrico, el pueblo que vive en el país con inmensas caídas de agua, con ríos -alguno de ellos inmensamente largos- pero que deben bañarse con totuma en tres minutos. El pueblo que tiene un alto déficit de viviendas pero se construyen en República Dominicana 2000 viviendas de interés social, el pueblo al que el "Emperador de Sabaneta" le grita que no importa si no tienen que comer o que vestir porque lo que importa es la revolución mientras el presupuesto presidencial para el 2010 alcanza los $ 2' 200.000 millones de dólares. El despilfarra el dinero de los venezolanos para satisfacer sus apetencias personales, financiar campañas políticas en otros países, financiar grupos narcoguerrilleros, crear alteraciones de orden público en un pequeño país que noble y valientemente lucha por rescatar su libertad y así poder ser dueños de su futuro. Venezuela está viviendo un Caracazo donde los actores no son los barrios ni los venezolanos cansados de tanta injustica y segregación. En esta oportunidad el actor principal es un individuo que se convirtió en un inmenso faro de luz para la calle en una inmensa oscuridad para el noble pueblo que lo encumbró, es una inmensa valla donde flamea la ineptitud, la ineficiencia, y la incapacidad.