El pasado seis de Diciembre del
año en curso el pueblo venezolano dio el primer paso a lo que debe ser el
inicio de cambios profundos en la vida política,
económica y social del país, por fin se ve la luz al final del túnel y no es el
faro de un tren que se acerca a toda velocidad, al menos no para lo que hoy
representa la mayoría calificada en un parlamento que debe volcar todas las
ventajas jurídicas y normativas que
brinda ésta victoria electoral para flotar el país.
La confianza que el pueblo
deposito en los miembros de la nueva Asamblea Nacional no debe negociarse debe estar
orientada al bien absoluto para Venezuela y sus ciudadanos, el tsunami de votos
depositados en las urnas electorales deja muy claro el mensaje de un pueblo
cansado de mentiras, de ofensas y sobre todo de promesas incumplidas.
Venezuela no cambiara de un día
para otro, el éxito de ese cambio dependerá de no usar el revanchismo como arma,
debemos empezar por la simpleza de cambiar el léxico de confrontación, los
venezolanos esperan un cambio, desean mejorar su calidad de vida y eso hay que leerlo,
la confianza es un cristal que se rompe
con facilidad y debemos ser cuidadosos con eso, porque ese cristal se protegerá
con nuestro accionar, “los japoneses creen que cuando algo ha sufrido un daño y
tiene una historia, lo deben reparar rellenando las fisuras con oro o plata (Kintsukuroi),
para sobreponerse a periodos de dolor, que la nueva Asamblea Nacional sea el oro
o la plata de un país que ha recibido un enorme daño.
El siete de diciembre no termino
la lucha por devolverle la libertad a
Venezuela, ese día comenzó, es una bola de nieve que dependerá de cuanto
crezca por el comportamiento de quienes llevan ahora en sus espaldas la
confianza de un pueblo que quiere cambio, no hay tiempo para dormirse en el almíbar
del triunfo.
Llegó el momento de dar la
batalla no en términos bélicos, tenemos que seguir ganando terreno en el poco
pueblo que aún cree en ellos, porque después de la contundente derrota, el
régimen pretende castigarlo por su “infidelidad” con el proceso que los ha
humillado.
El seis de Diciembre ganó la paz,
ganó la tolerancia se debe ser humilde en la victoria porque no saber ganar es
perder, debemos hacer la diferencia entre lo que fue vulgaridad y actitud
pendenciera. Tora ! Tora ! Tora ! despertó del letargo un gigante que solo
quiere cambio.
Cnel
(GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com