LEY
HABILITANTE UNA PATENTE DE CORSO
La
ley se convierte en un instrumento peligroso cuando es
interpretada y aplicada a conveniencia por quien ejerce el poder.
Antonio
Semprun
Una
patente de corso era un documento entregado por monarcas o alcaldes de las
ciudades, cuando no podían costearse marinas propias o no lo suficientemente grandes, el documento
otorgaba permiso de la autoridad para atacar barcos y poblaciones. Una ley
habilitante, autoriza al Presidente de la Republica para dictar decretos con
fuerza de ley, ambos documentos entregan un cheque en blanco al portador para
resolver de manera conveniente y sin obstáculos lo que les estorba.
Al
difunto dictador durante el tiempo que ostentó el poder le fueron
otorgadas cuatro leyes habilitantes, las uso para satisfacer caprichos,
la ultima en el año 2010, le fue otorgada para resolver el problema
ocasionado por las lluvias a centenares de familias venezolanas que hoy a
diferencia de Él, sobreviven en refugios esperando la aplicación de esa
ley que fue utilizada para otros fines.
Hay
que preguntarse cuál es la estrategia del G-2 cubano al ordenarle al ilegitimo
que solicite una Ley Habilitante, cuando en el ordenamiento jurídico del país existe
una Ley anticorrupción con penas muy fuertes en su aplicación para quienes la
infrinjan. Venezuela se ha convertido en los últimos catorce años en uno de los
países más corruptos del mundo, durante este tiempo los responsables del manejo
y uso de los recursos de la Hacienda Pública Nacional han sido el dictador
ausente y hoy su heredero.
Los
poderes del estado están arrodillados al poder ejecutivo, la chequera del
estado la maneja sin control el ejecutivo, los organismos de investigación
control y búsqueda están bajo las ordenes del ejecutivo, para que necesitaría
el usurpador del poder en Venezuela poderes especiales, cuando lo ejerce
arbitrariamente y las leyes en el país desde hace más de una década son una
toga y un birrete que cuelgan de un gancho en los despacho del Tribunal
Supremo de Justica (TSJ), la Fiscalía General de la Republica
(FGR) y la Contraloría General de la Republica (CGR).
La
corrupción que desangra el país, que lo tiene deambulando en el peligroso
borde de la banca rota ya no puede endilgarse al pasado, ni tampoco
achacársela a la Cuarta Republica, han transcurrido catorce años,
desde que la banda de delincuentes que desgobierna el país asumió el poder,
suficiente tiempo para convertirse en pasado, la corrupción que Maduro, quiere
combatir pulula a su alrededor, está en su entorno más intimo, no necesita una
Ley Habilitante para enfrentarla.
Bastaría
que implemente la Ley Anticorrupción y active los organismos de inteligencia
del estado para que descubra de donde proviene la inmensa fortuna de los Chávez,
que hace catorce años vivían de un salario, o que investigue como
acumularon enormes fortunas una larga lista de personeros
del régimen, como Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez, José Vicente Rangel,
Rafael Ramírez, Alejandro Andrade, Cilia Flores, Pedro Carreño, la lista es muy
larga, y si la ley habilitante que pide tiene como cortina sufragar las
elecciones de 8D, con que haga un pote (colecta), entre sus allegados tendría
dinero suficiente para volver a comprar votos y conciencias.
Cnel
(GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun