domingo, 16 de octubre de 2016

El monopolio de las armas y la responsabilidad que su empleo



Venezuela vive un desastre histórico en el que se libra una lucha por la sobrevivencia entre dos bandos, uno conformado por delincuentes y saqueadores que quieren a toda costa  conservar el poder que les brinda protección a los delitos que han cometido, y  otro conformado por un grupo de “rescatistas de libertad” que extrañamente no han empleado la supremacía que los respalda.

Nicolás Maduro ha desmembrado las instituciones del estado con un solo propósito, arrodillar a un pueblo que lucha por no claudicar, a pesar de ese valiente comportamiento el bando conformado por los “rescatistas de libertad” permiten que día a día la dictadura que se desnudo cuando inhabilito al Poder Legislativo, acorrale a los venezolanos, ignoren su voluntad e imponga sus condiciones, la camarilla de dictadores avanza en su propósito mientras los diputados de la Asamblea Nacional hacen que la mayoría  retroceda.

En Venezuela existe un texto constitucional que es usado como traje a la medida por quienes usurpan el poder, la vigencia efectiva del texto constitucional en la situación que actualmente vive el país tiene que ser impuesto por quienes cuentan con una mayoría que los respalda, solos así los poderes públicos serán independientes y la relación con los ciudadanos será “justa”, el texto establece las formas y otorga  herramientas  contenidas en los artículos 333 y 350, actuar dentro de la Carta Magna es invocar y aplicar su articulado, mientras eso no ocurra, uno de los bandos continuara imponiendo su voluntad.

En el desastre que se encuentra Venezuela y el calvario que viven los venezolanos solo hay dos razones por las que no se invocarían y por consecuencia no se implementaría el articulado de la Constitución Nacional, una negociación velada donde los intereses particulares y partidistas de ambos bandos prevalecen a los del país, o un miedo que paraliza a los representantes de tirios y troyanos,  es la única forma de entenderlo porque los derechos no se negocian y la libertad es un derecho que hay que exigir sin miedo, porque si este sentimiento es superior a la sensación que produce la libertad, los venezolanos viviremos arrodillados ante piltrafas humanas.

En este caos del que no escapa ningún venezolano, la Fuerza Armada Nacional es un invitado obligado que fungirá como pilar decisorio, es la institución que posee el monopolio de las armas y lo que esto representa, también descansa en sus miembros la responsabilidad que su empleo produce, el derramamiento de sangre, y la sangre de ningún ser humano debe derramarse por defender a una dictadura que ultraja los derechos fundamentales, derechos por los que los están luchando los venezolanos.

Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com