Venezuela
vive un desastre histórico en el que se libra una lucha por la sobrevivencia entre
dos bandos, uno conformado por delincuentes y saqueadores que quieren a toda costa
conservar el poder que les brinda protección
a los delitos que han cometido, y otro conformado
por un grupo de “rescatistas de libertad” que extrañamente no han empleado la
supremacía que los respalda.
Nicolás
Maduro ha desmembrado las instituciones del estado con un solo propósito, arrodillar
a un pueblo que lucha por no claudicar, a pesar de ese valiente comportamiento
el bando conformado por los “rescatistas de libertad” permiten que día a día la
dictadura que se desnudo cuando inhabilito al Poder Legislativo, acorrale a los
venezolanos, ignoren su voluntad e imponga sus condiciones, la camarilla de
dictadores avanza en su propósito mientras los diputados de la Asamblea
Nacional hacen que la mayoría retroceda.
En
Venezuela existe un texto constitucional que es usado como traje a la medida
por quienes usurpan el poder, la vigencia efectiva del texto constitucional en
la situación que actualmente vive el país tiene que ser impuesto por quienes cuentan
con una mayoría que los respalda, solos así los poderes públicos serán
independientes y la relación con los ciudadanos será “justa”, el texto establece
las formas y otorga herramientas contenidas en los artículos 333 y 350, actuar
dentro de la Carta Magna es invocar y aplicar su articulado, mientras eso no
ocurra, uno de los bandos continuara imponiendo su voluntad.
En el
desastre que se encuentra Venezuela y el calvario que viven los venezolanos solo
hay dos razones por las que no se invocarían y por consecuencia no se implementaría
el articulado de la Constitución Nacional, una negociación velada donde los
intereses particulares y partidistas de ambos bandos prevalecen a los del país,
o un miedo que paraliza a los representantes de tirios y troyanos, es la única forma de entenderlo porque los derechos
no se negocian y la libertad es un derecho que hay que exigir sin miedo, porque
si este sentimiento es superior a la sensación que produce la libertad, los
venezolanos viviremos arrodillados ante piltrafas humanas.
En
este caos del que no escapa ningún venezolano, la Fuerza Armada Nacional es un invitado
obligado que fungirá como pilar decisorio, es la institución que posee el
monopolio de las armas y lo que esto representa, también descansa en sus
miembros la responsabilidad que su empleo produce, el derramamiento de sangre,
y la sangre de ningún ser humano debe derramarse por defender a una dictadura
que ultraja los derechos fundamentales, derechos por los que los están luchando
los venezolanos.
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com