Venezuela, el
país al que delincuentes emboscaron para
saquearlo y someter a su población a la barbarie, vive amenazado por una lacra social
autodenominada pranes que no solo esta conformada por quienes están ‘’presos’’
sino por quienes desde el poder que usurpan
despojan de sus derechos a los ciudadanos.
El miedo esta
haciendo nido en una población desatendida
que se muere de mengua, en la que los médicos
inyectan morfina a los pacientes
que agonizan por falta de medicinas para evitarles el dolor antes de que
mueran, el régimen se burla del hambre a
la que ha sometido a la población, les cambia dos bolsas de comida por una
firma que utilizaran en el futuro para lo que les convenga.
El hampa ha
convertido a Venezuela en zonas de lucha por control de territorio en las que
los venezolanos son obligados a autoimponerse toques de queda para no estar a
merced de los disparos entre las bandas delictivas que el
régimen doto de armamento, motos y equipos de comunicación para que imponer el
miedo como política de estado y se les insubordinaron.
Para evitar las
protestas que producen la escasez y el desabastecimiento, la banda de rateros
rojita impuso la ‘’necesidad’’ como estrategia para mantener a la población ocupada
en subsistir en las condiciones que les impone, porque no compran lo que necesitan
sino lo que encuentran, así transcurren los días de los venezolanos que se
están acostumbrando a que la camarilla de delincuentes los siga pisoteando.
El juego esta
trancado, los malandros que están en el poder manipulan los poderes del Estado
para mantenerse en el, mientras los depositarios de la confianza del pueblo
venezolano ven como las leyes que promulgan van a parar en la papelera en la
que se ha convertido el Tribunal Supremo
de Justicia e insisten en un dialogo amañado.
La preocupación de
los delincuentes por mantener el poder, los lleva a desempolvar a un Caballo de
Troya, que en su ambición por darle a sus bolsillos la voluminosidad de su
humanidad sugiere ideas para que se ignore la voluntad popular y dar al régimen
una opción de deshacerse de la piedra en el zapato que representa la Asamblea
Nacional.
El cocktail de
inseguridad, corrupción y saqueo, crea el ambiente perfecto para que un pueblo patee
en el trasero a la dictadura que lo
humilla, sin embargo no pasa nada, Nicolás Maduro no es el único responsable de
la tragedia que viven los venezolanos, la tolerancia, la indiferencia y el
trueque entre familiares y amigos de comida y medicinas le alivia al régimen la humillación a la que
nos han sometido como pueblo, mismas que nos hacen responsables en mayor o
menor medida de la desgracia que vive Venezuela.
Cnel (GN) Antonio
Semprún
@antoniosemprún
coronelantoniosemprun.blogspot.com