La Nación venezolana es hoy una
tierra arrasada por la avaricia de quienes insisten en permanecer en el poder
para terminar de exprimirla y esconderse
detrás del principio de autodeterminación
de los pueblos que entre otras cosas expresa “el derecho de los pueblos, de las
sociedades, de los conjuntos humanos a determinar su destino, por si mismos y a
su libre y entero albedrio.
En Venezuela desde hace más de
una década el derecho de determinar el
destino del conjunto humano que la conforma
se lo arrogo el grupo de indeseables que la gobierna y para esto tomaron
en cuenta solo su entero albedrio lo que lo ha sometido a la tragedia que vive
a diario.
Hay un pueblo abandonado a su
suerte que a pesar de la tragedia que afronta está decidido a luchar por su
sobrevivencia, por esa razón confió en un puñado de hombre y mujeres que deben entender su desesperación y
necesidades aún cuando ellos no las padezcan, las decisiones inmediatas pasan
por la unión del pueblo civil y uniformado.
Quienes por temor a perder
comodidades o aspiraciones, pretendan quitarle el uniforme a esa unión tendrán que
dar un paso al costado, porque esa unión es la única que podrá controlar a los grupos
armados que trataran de imponer su ley, controlar a una población que por necesidad
y hambre llegara a la sala de los hogares de los vecinos y frenará la ambición
de las aves de rapiña a las que les tendió una alfombra roja para que ingresaran
al país.
La reincidencia criminal del régimen
al cometer delitos en contra del pueblo venezolano lo hace culpable de la desgracia que vive, los nuevos ediles no deben
incurrir en la reincidencia de convivir
con los delincuentes que solo han traído tragedia a Venezuela, el régimen
quiere tiempo, habrá tiempo para discutir y promulgar leyes, lo que no hay es tiempo
para contener a un pueblo que se está muriendo de hambre.
Cnel (GN) Antonio
Semprun
@antoniosemprun
Coronelantoniosemprun.blogspot.com