Hay diez cárceles calificadas
como las más crueles del mundo, en ellas
los internos son sometidos a crueles
vejaciones, sus instalaciones son
testigos mudos de las arbitrariedades y
violaciones cometidas por quienes están encargados de la custodia de los reos
que allí purgan penas.
Estas cárceles son, Diyarbakyr (Turquía),
Luringancho (Lima), Tadmor (Siria), ADX, Florencia “SuPermax (EU), Campo 22 (Korea del Norte), Petak (Rusia), Gitarama (Ruanda), Carandirú
(Brasil), Sabaneta (Venezuela) y Bang Kwang (Thailandia) en ellas están detenidos delincuentes,
terroristas, rebeldes, narcotraficantes, prisioneros políticos y sus parientes.
Los internos son expuestos a bajas temperaturas que les ocasiona la muerte, son
sometidos a experimentos por envenenamiento, se les ha obligado a ingerir coles envenenadas lo que les ocasiona la
muerte por desangramiento, se les priva del sueño y se les quema la piel con cigarrillos.
Amnistía internacional y Human Rights Watch han
señalado que en estos lugares los prisioneros sufren torturas de todo
tipo.
En Venezuela, el régimen de
Maduro ha puesto en funcionamiento una cárcel que está a nivel de cinco sótanos bajo tierra llamada la Tumba, sus prisioneros no son narcotraficantes,
terroristas o rebeldes, son venezolanos acusados de conspiración que son
vigilados por una cámara durante
veinticuatro horas, que su piel empezó a escamar debido a la falta de
sol, sus ojos solo ven el color blanco de las paredes de sus celdas, el reducido espacio en el que los
mantienen empieza a producir problemas motores, las infrahumanas condiciones en
las que los mantienen están causando estragos en su salud.
En Venezuela la protesta por la
libertad y los derechos se ha convertido en un armazón en forma de ataúd que sepultan a cinco sotanos bajo tierra
Cnel (GN)
Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com