sábado, 8 de octubre de 2011

Quien es el Enemigo de Venezuela

Se debe ser cuidadoso con aquel a quien se le brinda confianza porque hay enemigos disfrazados de salvadores.
- Antonio Semprun -

Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira

El régimen del dictador venezolano ha invertido $14.000 millones en compra de armamento, compra que a pesar del astronómico ingreso que ha tenido Venezuela por concepto de la renta petrolera se ha realizado a través de endeudamiento. Invertir tanto dinero en la compra de armamento resulta un desatino en un país donde los niños venezolanos se han convertido en hábiles actores de circo en las esquinas de la capital, el desempleo y la inflación son las más altas de la región y la calidad de vida de los venezolanos se ha ido esfumando a causa de las políticas de un régimen que está llevando a la miseria de manera acelerada al país, más grave aún es el hecho que debido a la tecnología de los equipos adquiridos los miembros de las Fuerzas Armadas han tenido dificultad para familiarizarse con su uso y manejo específicamente en el área del parque aéreo.

Una definición de enemigo expresa ''Que se tiene aversión a una cosa'', ante esta definición no cabe dudas que el enemigo de Venezuela es aquel quien para justificar la irracional compra de armas retoma la rancia teoría de la invasión Yanqui, una mentira demasiado trillada por los sanguinarios hermanos Castro, ante el desolador panorama que después de doce años muestra la Venezuela de la Revolución Bonita, no hay que buscar en un pajar para encontrar al enemigo de Venezuela quien como infame proxeneta se lucra de ella.

Para ningún venezolano inclusive para aquellos que como niños renuentes entre silenciosas malas palabras y gestos son obligados a ponerse una franela de color rojo es desconocido que la paupérrima situación que vive Venezuela es responsabilidad de quien la desgobierna desde hace doce años, un mortal que con el devenir del tiempo y la embriaguez del poder empezó a creer que vino al mundo dotado de poderes extraordinarios, se creyó que desde el mal en el que habita estaba por encima del bien, que inclusive podía hacer que la señora de la guadaña colocara su huesuda rotula en tierra.

Desde el pasado mes de junio cuando se supo que el dictador venezolano pudiera estar afectado por una terrible enfermedad, la vida del país gira en torno a los partes médicos que revelen la suerte que corre la salud del ungido, la salud de un funcionario público debe ser del conocimiento público pero si este y su equipo se empeñan en mantenerla como secreto de estado hay que hacerles creer que también en eso son complacidos sin protestar, que se encarguen ellos de su enfermo, mientras la mayoría del país se encarga de Venezuela que aún cuando no padece una enfermedad terminal se encuentra en terapia intensiva.

En un artículo reciente del señor Rafael Poleo titulado ''Torpeza ó Traición'' al hacer referencia al tema de la zona en reclamación que Venezuela sostiene con Guyana, el experimentado periodista considera que Chávez no está en condiciones de manejar tantos temas sobre los cuales no tiene conocimiento, pero su condición como militar de profesión y Presidente de Venezuela lo podría absolver de toda torpeza pero lo condena por traidor.

El único responsable que Venezuela sea hoy un país que pareciera fue azotado por un tsunami social, económico, político y cultural es el teniente coronel presidente, es El, el responsable que Venezuela se haya convertido en un país forajido en el que sus servidores hacen fortunas entregando favores no creando servicios ni trabajos, un país donde se protege al delincuente mientras se persiguen y encarcelan a las víctimas de esos delincuentes, un país donde la corrupción se ha convertido en un virtuoso modo de vida, un país donde el poder es utilizado por quienes lo ejercen para condenar a los venezolanos.

El por ahora presidente de Venezuela es el único responsable que el futuro del país representado por la aguerrida juventud venezolana se vea desamparado debido a una pobreza injustificada en un país rico al que han saqueado, en una violencia que los descarrila de lo que debiera ser su norte y los sumerge en la mediocridad que les deja el engaño de hacerse profesionales en el corto tiempo que el populismo del régimen les ofrece.

A pesar que el dictador venezolano pudiese estar atravesando por un delicado estado de salud con diagnostico desconocido para los venezolanos reservado sólo para su mentor caribeño y un pequeño número de servidores de su entorno más intimo, no es El, el que está condenado, está condenado el país que es gobernado a través de mensajes en las redes sociales, por instrucciones impartidas mediante una limitada aparición en la línea telefónica, emitidas probablemente desde la cama de un hospital.

Esta situación nos ubica en una sola opción, elegir lo que realmente queremos los venezolanos, lo que por justicia merecemos ó estamos dispuestos a continuar viviendo en un país condenado por una camarilla que se creen dueños de él.