sábado, 13 de julio de 2013


UN LIDER SORDO, MUDO  MÁS  NO CIEGO


No puede ser justo aquel que  desconoce  las penurias vividas por otro
                                                           Antonio Semprun

La Venezuela que se cae a pedazos frente a los ojos del régimen y la oposición política concentrada en la Mesa de la Unidad (MUD), tiene dos verdugos, quienes  ilegítimamente ostentan el poder y lo usan para mantenerse en el, comprando conciencias a domicilio y en el extranjero para que ignoren que el país se hunde en un caos de corrupción, inseguridad, desabastecimiento y saqueo, y quienes asumieron la enorme responsabilidad de dar respuesta a la confianza del pueblo depositada en ellos que han defraudado.

Los venezolanos viven en una permanente intimidación sin acción, la posición asumida por la oposición política (MUD) representada por Capriles, ha neutralizado la indignación de un pueblo que entiende que debe ejercer  acciones pacificas diferentes al silencio y la pasividad, que lo único que han dado como resultado  ha sido aliviar la ilegitimidad del régimen y dar paso a la costumbre nacional e internacional de tratar con un  régimen usurpador.

Uno de los tantos defectos del difunto dictador era creerse dueño absoluto de la verdad, sometía al destierro político e ignoraba a quien osara contradecirlo, el resultado de esa errática posición llevo al país al desastre en el que se encuentra, ese defecto pareciera haber contagiado al líder de la oposición, en momentos en los que los venezolanos deben gritarle al mundo que algo muy grave está pasando en el país, cuidar a una sociedad es muy diferente a desmovilizarla.

Mientras el ilegitimo usurpador se mantiene montado en un avión para escapar de los graves problemas que calientan  el barril de pólvora en el que lo sentaron Raúl y su difunto padre político, la dirigencia opositora  da la espalda al momento histórico  que vive Venezuela,  apuestan al desgaste del régimen, a su implosión, hacen cuentas y la edad les da para esperar lo que para el país podría representar un alto costo social.

El líder y la oposición política ignoran la empatía, el líder, se comporta y ejerce estrictamente su rol como gobernador de un estado, la oposición política no sufre las penurias que el venezolano de a pie, cuando tiene que  enfrentar la inseguridad, y debe hacer largas colas para comprar alimentos, ante la indiferencia de uno y la indolencia del otro, la sociedad debe erigirse como su propio líder, y dejar que Capriles y la MUD continúen en su mundo, en el que todo está normal.

Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun