domingo, 4 de diciembre de 2011

El País que los Venezolanos Queremos

El destino de los pueblos dependerá únicamente de la decisión que tomen sus pobladores. - Antonio Semprun -

Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira

Los venezolanos en el ajetreo que representa vivir o subsistir cada día en un país al que están destruyendo deben detenerse a reflexionar sobre un aspecto de importancia capital que tiene dos protagonistas, Venezuela y los venezolanos. Hablar de un país como protagonista implicaría incluir lógicamente a sus habitantes pero en Venezuela desde hace doce años ha ido desapareciendo lo que debiera ser normal para convertirse en quimera por lo que en lo que han transformado a la Venezuela que hoy tenemos no es la que los venezolanos merecemos y mucho menos la que queremos.

Los ciudadanos del país que un grupo de enmascarados nos ha ido quitando poco a poco para auto-asignárselo poco a poco, deben centrar todo nuestro esfuerzo y atención en decidir si estamos dispuestos a aguantar seis años más en los que continuaran robándonos lo que con esfuerzo y trabajo hemos logrado, en los que continuaremos haciendo largas colas para comprar carne, pollo, arroz y papel toilet y que se nos marque el dedo meñique para evitar que volvamos a hacer la cola, estamos dispuestos a continuar aceptando que en horas de la madrugada suene el teléfono para informarnos que mataron a un hijo, a un hermano, a un sobrino para robarle el celular o un par de zapatos, seguiremos aguantando que los médicos venezolanos sean desplazados por enfermeros cubanos y que el G-2 cubano continúe ocupando altos cargos en la administración pública y manejando información privada de los venezolanos, queremos seguir viviendo horas de oscuridad mientras se construyen represas en otros países que le resuelve el problema de electricidad a 2.000 familias, seguiremos aceptando que la familia real viaje por el mundo con los bolsillos repletos de dólares sin entregar cuentas mientras a los venezolanos de a pie se les hace pasar por un calvario para asignarles una pequeña cuota que deben justificar centavo a centavo como fué gastada, seguiremos permitiendo que los medios de comunicación sean secuestrados por horas para escuchar historias de la niñez o el dolor de estomago que le provocó diarrea al dictador venezolano, seguiremos aceptando que las cárceles continúen llenándose de venezolanos por el sólo hecho de pensar diferente al régimen, seguiremos permitiendo que nuestros jóvenes se marchen del país porque no tiene oportunidades de trabajo, vamos a seguir permitiendo que el territorio venezolano sea utilizado como guarida de delincuentes, de grupos narco guerrilleros y como puente para el tráfico de drogas.

Venezuela, uno de los protagonistas de ésta dramática y peligrosa situación sencillamente no aguanta más, renovarles el contrato por seis años al grupo de estafadores que hoy tiene secuestrado el país es quedarse sin patria, por lo menos la mayoría de los treinta millones de personas porque un pequeño grupo de malhechores se abran convertido en sus apoderados con facultades plenas. Queremos cambiar el desastre que nos han impuesto, empecemos por cambiar nosotros, asumiendo nuestra cuota de responsabilidad en este esfuerzo común no dejando que el amigo o el vecino hagan lo que cada uno de los venezolanos debe hacer.

El país que los venezolanos queremos es un país en el que se pueda volver a vivir en libertad, en el que tengamos derecho a nuestros derechos, en el que podamos disentir sin el temor de ser encarcelados. Queremos otra vez un país del cual podamos volvernos a sentir orgullosos. Luchemos por él, unámonos para aportar cada uno de los venezolanos un granito de arena y levantaremos una montaña de fé, de esperanza, de fortaleza y poder que aplastara la ignominia que nos ha humillado durante los últimos trece años.

Los venezolanos, el otro protagonista de la crítica situación rescatará a Venezuela con su determinación. La decisión es única y exclusivamente de quienes sueñan con un país mejor de nadie más, si permitimos que este régimen forajido continúe barriendo el suelo con nuestros derechos no habrá que ir muy lejos a buscar culpables, lo único que tendremos que hacer es mirarnos en el espejo y señalar el rostro que se refleja en él, allí encontraremos al responsable y a partir de ese momento tendremos que esconder la lengua en el bolsillo de atrás de nuestros pantalones para no quejarnos, nos tocara doblar las rodillas para aguantar callados lo que con nuestra indiferencia permitimos.