Comienza
un nuevo año para Venezuela y en las sillas del gobierno continúan sentados los
mismos verdugos que hace quince años, después de un sangriento intento
por apoderarse del poder irrumpieron en la vida nacional para adueñarse
del país con la firme intención de satisfacer el resentimiento y la ambición
que llevan por dentro.
Quince
años de enroque en cargos publicos de delincuentes han
destruido a Venezuela y empobrecido a los venezolanos al punto que deben
hacer largas colas en busca de alimentos, medicinas y artículos de
aseo personal que han desaparecido cuando llegan a las estanterías debido
al desabastecimiento imperante.
Del
país más rico de Latinoamérica pasamos a ser el país más pobre de la
región con una inflación que supera el 80% donde los índices de
desempleo, inseguridad, pobreza y desabastecimiento crecen exponencialmente
debido a una administración corrupta y complaciente que ha incrementado de
manera vulgar el gasto público.
Maduro
y su banda de ladrones ejercen el poder absoluto en Venezuela,
administran sin control el mayor ingreso de dinero que ha obtenido el
país por concepto de la renta petrolera y aún así culpan de las calamidades que
vive el venezolano de a pie a los Estados Unnido, a los empresarios venezolanos,
al capitalismo y al fenómeno natural el niño.
Con
mentiras el régimen maquilla las verdaderas cifras de la realidad que viven los
venezolanos a quienes les mete la mano en el bolsillo obligándolos a
dedicar cinco meses y medio de su trabajo para pagar impuestos, para cubrir
el desastre que ha ocasionado la corrupción y desmanes de los que son
responsables.
Muy
pronto la historia reciente venezolana enviará a los pueblos oprimidos por un
aprendiz de dictador el mensaje que las plazas, las calles, la sociedad unida
pero sobre todo la mujer y los estudiantes son el método más
efectivo para retirar el maquillaje y desenmascarar la mentira que
los oprime.
Cnel
(GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
Coronelantoniosemprun.blogspot.com