domingo, 23 de marzo de 2014

OEA UN FIASCO PARA LOS AMERICANOS



Hay quienes creen que el precio de la paz en una sociedad,  es  menor  que el de su conciencia.
                                                        Antonio Semprun
Lo ocurrido ayer 03/21/2014, en la Organización de Estados Americanos, donde se le impidió a la diputada venezolana María Corina Machado, exponerle al mundo lo que está ocurriendo en Venezuela, es un capítulo más que se escribirá en la historia de un organismo gris que reúnen a ciudadanos preocupados por el bienestar de una región y ciudadanos preocupados por sus cuentas bancarias o por la tranquilidad  del país que representan.
El petróleo y dinero de los venezolanos utilizados para comprar conciencias, y colocar un bozal de arepas a quienes calientan los asientos en la sede del organismo internacional, dejaron en evidencia que la  lucha por preservar la democracia en algún país de la región depende de su pueblo no de los gobiernos.
Con su acción  la OEA hace ver  a la democracia como una especie de platillo que se saborea con una cuchara de plata, o con una cuchara de madera, dependerá del estado que esté sentado en el banquillo, y de lo que tenga su sub suelo para llenar bolsillos y arrojar generosas dadivas.
Lamentable la posición de la señora Dilma Rousseff, cuando sumo su voto para impedir que el mundo conociera la violación  de derechos humanos y la implantación de una dictadura   en Venezuela, este tipo de comportamientos ratifican que no importa cuán poderoso es un país, este se arrodilla  ante las decisiones de sus gobernantes y en el caso de la señora Rousseff, pudieron más los intereses del Foro de Sao Paulo, que la democracia en un país rico dirigido por marionetas que le sirven de testaferro.
El mundo es una OEA universal, donde no es verdad que la democracia que en otros países  está en peligro de extinción sea un bastión a defender, quedo demostrado que quienes desde la distancia ven peligrar sus propios intereses y el de sus estados voltean la mirada hacia otro lado, basta verse en el espejo de Siria, Ucrania.  
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun