sábado, 17 de diciembre de 2011

La Venezuela que Teníamos

Quien usa las atribuciones que el poder le otorga para violar la paz y tranquilidad ajena se hace merecedor de la más dura de las condenas.
- Antonio Semprun -


Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira

Venezuela no fué antes un país candidato a ser incluído en listas donde ningún país quiere estar como la de países que apoyan el terrorismo. Los diplomáticos venezolanos no eran aprendices de espías, las sedes diplomáticas venezolanas no eran utilizadas como laboratorio de espionaje en países extranjeros. El dictador venezolano ha hecho de la diplomacia exterior del país el calco que le ordenó Fidel Castro, ha convertido a choferes en cancilleres, a Teólogos en espías disfrazados de diplomáticos que ejecutan las directivas del Gobierno y obvian las funciones para las que se les designa tales como proteger los intereses del Estado acreditante en el Estado receptor, fomentar las relaciones amistosas e informar a su Estado por todos los medios lícitos las actividades realizadas.

El Comandante Presidente tachó de mentiras una información que se proyecta como una luz que no se puede tapar con un dedo, al quedar al descubierto las actuaciones de la cónsul venezolana Livia Antonieta Acosta acreditada en Miami cuando se desempeñaba como agregada cultural en México país donde solicitó ayuda de profesores y alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para obtener información estratégica sobre los Estados Unidos. En su estadía en México la cónsul agente cultivó una estrecha relación con Mohammed Hassan Ghadiri embajador iraní en ese país quién es señalado en un cable de WikiLeaks por los esfuerzos que adelantó para lograr el ingreso a México de Edgardo Rubén Assad, alias Shaykh Soheil Assad, un activista islámico acusado por Argentina de participar en los atentados con explosivos contra organizaciones judías en Buenos Aires en 1992 y 1994.

La enemistad hacia los Estados Unidos nacida del resentimiento ó de las órdenes impartidas desde la Habana al dictador venezolano lo ha llevado a convertirse en hermano y amigo de personajes como Mahmud Ahmadineyad y los extintos Muhammad Gaddafi y Saddam Hussein todos unidos por un sentimiento de odio en contra de Estados Unidos. Venezuela no representa peligro bélico para el país más poderoso del mundo, pero si un país como Irán decidido a consta de lo que sea a desarrollar armamento nuclear, encuentra aliados que profesan el mismo sentimiento de odio hacia el país del norte. En su afán de ayudar a una causa innoble podría utilizar a sus funcionarios como espías, sumistrar materia prima vital para la construcción de armas atómicas, podría, amparándose en el principio de Soberanía Nacional permitir que se realicen vuelos directos sin ningún control entre dos capitales como Caracas y Teherán hermanadas por un sentimiento adverso en contra de una nación Estos aliados pueden serle muy útil al país que gobierna Mammud Admedinayad para allanar el camino que le permita golpear considerablemente la paz y la tranquilidad ciudadana de trescientos ocho millones de habitantes.

Nunca ha sido inteligente ignorar señales que alerten sobre la ocurrencia de hechos que pueden tener lamentables consecuencias para una nación y sus habitantes, obviar un secreto a voces sólo generara arrepentimiento por no haber actuado de manera contundente. La tecnología, que ha demostrado en los últimos acontecimientos del mundo ser una aliada invalorable de la libertad y la verdad permite a través de videos y audios conocer la realidad de los hechos en el momento que se presentan ó permite actuar preventivamente ante acciones que se planifican para intervenir o sabotear los sistemas de inteligencia de un país, llevar cabo actos en contra de los intereses de una nación u obtener información valiosa que en manos equivocadas podrían ocasionar mucho daño, no dar a estas señales la importancia que tienen es correr un riesgo muy alto.

Fueron Cuarenta años que con errores y aciertos la Venezuela que teníamos. Estuvo gobernada por venezolanos demócratas que entregaban el poder cada cinco años, después de un 2 de diciembre de 1998 que hoy podría catalogarse como un fatídico día han transcurrido trece años en los que tomó el poder un dictador disfrazado de demócrata, desde entonces ha trabajado política y diplomáticamente para alejar a Venezuela del progreso, de las democracias más sólidas del mundo para acercarla al atraso y a dictaduras sanguinarias. En los últimos años se ha prestado el territorio nacional para que sirva de zona de aliviadero a grupos narco guerrilleros, a miembros del grupo terrorista ETA, a miembros de células fundamentalistas, se ha utilizado al país como puente para el narcotráfico, estas son razones suficientes para expulsar del poder a quien rodeado de una camarilla de forajidos ha embarrado al país de delincuencia.