- Antonio Semprun-
Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira
En los últimos once años a Venezuela la han transformado en un país de odios de divisiones de rojos y otros colores de pobres y oligarcas de incondicionales y enemigos. Un país en el que una parte de la población está impregnada por la propaganda, por el maquillaje y la falta de información, embrutecida por el adoctrinamiento y el aislamiento, despojada del libre albedrio, de la voluntad, una población inmersa en oscuridad, en miedos. Un país donde se ha desarrollado la conducta del servilismo y el doblar de rodillas para ganarse los favores del presidente extranjero.
El presidente extranjero detesta al pueblo venezolano, lo usa para lograr sus fines y llevar adelante su agenda política, usa los recursos nacionales para favorecer intereses foráneos y emplea los poderes del estado para humillar, ofender y abofetear los intereses nacionales. El presidente extranjero encontróó en el fondo del alma de algunos venezolanos una vocación masoquista, una lealtad perruna que les crea la necesidad de ser pisoteados y escupidos para sentirse realizados.
El presidente extranjero, manipula su entorno como esclavos a su servicio, los despoja del honor del respeto por si mismos, los hace perder los escrúpulos como requisito indispensable a su lealtad, los hace cumplir su voluntad, no importa si esta contraviene toda norma y toda lógica, usa su proyecto para abrirse camino entre cadáveres, advierte que caer en desgracia con El, es como adquirir una grave enfermedad contagiosa.
El presidente extranjero que pisotea la dignidad del pueblo venezolano oculta detrás de una imagen transparente de demócrata a un dictador resentido que se cree relevo de Simón Bolívar en la misión de rescatar a Venezuela del Imperio Yanqui, en sus delirios siente que Bolívar le pasó el testigo pero su incurable enfermedad de poder no le permite ver que Venezuela necesita ser rescatada del peligro que representa su locura, sus ambiciones y sus miedos.
Los venezolanos en su gran mayoría se opusieron a que los sigan manipulando como ingenuos, como bobos e ignorantes. han despertado de los encantos de un astuto aprovechador de la vanidad, la codicia, la avaricia y el resentimiento que paga con dinero ajeno, con alabanzas, con concesiones, con un bozal de arepas la lealtad que tiene que comprar. Venezuela debe ser gobernada por un venezolano de bien, un venezolano que se sienta venezolano y no extranjero, un venezolano que sienta a Venezuela en sus tuétanos, para que se eliminen los sentimientos de opresión, de injusticia, de desigualdad y odio que son como bestias que esclavizan los pueblos. nada más acertado que las palabras del filosofo dominico y teólogo Santo Tomas de Aquino. '' La eliminación física de la bestia es bien vista por Dios si con ello se libera a un pueblo''