Infeliz el hombre que maquilla su miseria e ineficiencia con inmerecidos reconocimientos.- Antonio Semprun -
Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira
La recién finalizada gira del vividor (persona que vive bien, generalmente a expensas de los demás) que desgobierna a Venezuela dejó un deforme balance con dos puntos para el análisis, uno de ellos tiene que ver con la forma como explota, entrega y vive de Venezuela un país rico en recursos naturales que su monumental incapacidad durante los últimos once años lo ha hecho aparecer en las listas más indeseables en las que se puede aspirar figurar. En el último informe de la organización Transparencia Internacional con sede en Berlín. Venezuela desplaza a Haití y se coloca en el puesto 164 entre 178 de los países más corruptos del mundo, el más corrupto de América Latina.
La corrupción fué uno de los graves problemas que juró combatir rasgándose las vestiduras en su mitómana campaña electoral en el año 1998. Caracas, la capital venezolana es la segunda ciudad más insegura del mundo después de ciudad Juárez en México con una estadística de 160.000 venezolanos asesinados por año a causa de la inseguridad, la ineficiencia judicial y la desidia del régimen. El más reciente hecho del estado de indefensión en el que se encuentran los venezolanos lo vivieron los miembros de la cúpula de Fedecámaras quienes fueron secuestrados y abaleados por un grupo de individuos portando armas de alto calibre que sólo deberían estar bajo el control de la Fuerza Armada Nacional.
El otro punto de análisis tiene que ver con la manera de como esas visitas sirven para exacerbar las miserias y carencias de individuos que son vistos como chequeras viajeras a las que pueden exprimir con halagos, alabanzas y ensalzamientos de cualidades inexistentes, es la juerga que se desarrolla entre tiranos, dictadores y ''presidentes'' en ellas se insuflan los egos, se otorgan títulos y reconocimientos sin importar que lo que se otorgue se estrelle aparatosamente con la realidad.
En Siria uno de los países visitados en su ''gira estratégica'' Muamar Gadafi, otorgó al dictador venezolano el Doctorado Honoris Causa en Ciencias Económicas Humanísticas por su compromiso con la paz y el desarrollo de los pueblos. Es esta la forma como se insufla el ego de quien representa la antítesis de paz y desarrollo, un titulo en ciencias económicas a quien ha despilfarrado el erario público y empobrecido al pueblo que confió en El, un individúo que está destruyendo la economía del país más rico de América Latina.
El doctorado otorgado al Teniente Coronel Presidente, quien no pudo aprobar su curso de Estado Mayor le costará a Venezuela, entre otras cosas $ 500 millones en la creación del Fondo ''Venezuela–Libia'' para el desarrollo conjunto, en uno de los diez acuerdos firmados entre ambos países.
