TIBISAY LUCENA, A USTED
TAMBIEN LE TOCARAN LA PUERTA.
No hay una mujer venezolana que quiera estar en sus zapatos,
no porque no sean de buena marca, porque seguramente lo son, el salario con el que el régimen ha comprado
su conciencia y sus principios le permiten ese lujo.
La mujer venezolana no quiere estar en sus zapatos porque usted
es responsable con su complicidad de haber protegido un régimen que abusando del poder ha causado
la mayor cuota de tristeza, infelicidad e impotencia a la familia venezolana.
Cuando el telón de esta afrenta caiga, porque no debe tener
usted dudas, que va a caer, sentirá que un frio recorrerá su espina dorsal, ese
es el aviso que el cuerpo da cuando se siente miedo, un miedo que usted eligió sentir por su servil
comportamiento.
Tibisay, sus hombros están humedecidos por millones de lágrimas, porque son millones, las
lagrimas que han derramado, madres, esposas, hermanas que han tenido que llorar a sus deudos y a sus
hijos lejanos, por la acción déspota de quienes usted ha apañado.
Sentirá en su fuero interior y muy probablemente sola, abandonada
a su suerte, la vergüenza y seguramente el arrepentimiento de haberle servido a
un régimen que le dará la espalda cuando usted ya no le sea útil.
Tibisay, no tenga dudas que será recordada en Venezuela, no
tenga dudas que le dejara una pesada herencia a sus generaciones, usted
pasara a la historia como la mujer que
se colidió con un régimen apátrida, para que los venezolanos vivieran los
peores catorce años de sus vidas y se le entregara a Venezuela a los hermanos
Castro.
Cnel. (GN) Antonio
Semprun
@antoniosemprun