miércoles, 3 de abril de 2013


TIBISAY LUCENA, A USTED TAMBIEN LE TOCARAN LA PUERTA.


No hay una mujer venezolana que quiera estar en sus zapatos, no porque no sean de buena marca, porque seguramente lo son,  el salario con el que el régimen ha comprado su conciencia y sus principios le permiten  ese lujo.

La mujer venezolana no quiere estar en sus zapatos porque usted es responsable con su complicidad de haber protegido  un régimen que abusando del poder ha causado la mayor cuota de tristeza, infelicidad e impotencia a la familia venezolana.

Cuando el telón de esta afrenta caiga, porque no debe tener usted dudas, que va a caer, sentirá que un frio recorrerá su espina dorsal, ese es el aviso que el cuerpo da cuando se siente miedo, un miedo que  usted eligió sentir por su servil comportamiento.

Tibisay, sus hombros están humedecidos por  millones de lágrimas, porque son millones, las lagrimas que han derramado, madres, esposas, hermanas  que han tenido que llorar a sus deudos y a sus hijos lejanos, por la acción déspota de quienes usted ha apañado.

Sentirá en su fuero interior y muy probablemente sola, abandonada a su suerte, la vergüenza y seguramente el arrepentimiento de haberle servido a un régimen que le dará la espalda cuando usted ya no le sea útil.

Tibisay, no tenga dudas que será recordada en Venezuela, no tenga dudas que le dejara una pesada herencia a sus generaciones, usted pasara  a la historia como la mujer que se colidió con un régimen apátrida, para que los venezolanos vivieran los peores catorce años de sus vidas y se le entregara a Venezuela a los hermanos Castro.

Cnel. (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun

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