sábado, 9 de enero de 2016

La silla eléctrica del Socialismo del siglo XXI


El movimiento telúrico político del 6D produjo sus efectos en los integrantes de la secta que destruye el país y en la inmensa mayoría que voto por el cambio que empieza a mostrarse en el poco tiempo transcurrido y que lleva a cuesta el peso de diecisiete años de trampas, fraudes, violaciones, humillaciones e irrespeto.

Ese pesado lastre no le ha permitido a muchos venezolanos despabilarse siguen viendo un fantasma, no han digerido la importancia del enorme paso que se dio, hay quienes critican las acciones tomadas en la Asamblea Nacional sin detenerse a pensar que al monstruo hay que erradicarlo de lo político, de lo económico, de lo social pero también de lo psíquico que puede ser el mayor obstáculo para aligerar la llegada del necesario cambio.

Nada pesa más en el hombre que el miedo y  la conciencia, por eso quienes votaron por un cambio deben vencer el miedo que los limita, porque quienes están en el poder están luchando por aliviar el peso de sus conciencias y para ello se valen de los que han hecho por más de una década, echar mano a la ilegalidad, distraer la atención de lo importante hacia trivialidades como es querer hacer parecer una traición a la patria el desmontaje del cuadro del responsable de la tragedia que vive el pueblo venezolano de las paredes de la Asamblea Nacional cuando los traidores a la patria son quienes han sumergido a los venezolanos en un caos.

El seis de Diciembre se dio un paso importante pero no basta, hay que apoyar y confiar en lo que están haciendo los ciento doce venezolanos a quienes se les entrego una carga muy pesada la cual debemos compartir porque Venezuela es de todos y todos tenemos la responsabilidad de rescatarla, esa debe ser la actitud del pueblo que unido salió a decirle ya basta a quienes se embolsillaron el país, a quienes todavía se atreven a decir que no darán un bolívar a la nueva Asamblea Nacional, como si el erario público fuera una cuenta personal.

El pasado seis de Diciembre representó para el modelo político que a golpe y porrazo pretendió implantarse en Venezuela lo que representa para el condenado a muerte por un delito por el que fue encontrado culpable el último segundo que marca el reloj.

Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot