Las
instituciones democráticas en Venezuela, a lo largo de los últimos dieciséis
años han sido desmanteladas por quienes llegaron al poder con una agenda oculta,
imponer en el país un modelo político que ha fracasado en los lugares donde se ha
querido imponer.
El pueblo
venezolano ha pagado las consecuencias de ésta agenda, ha quedado huérfano de seguridad
personal y social, es víctima de la aplicación de una justicia amañada que solo responde a los interés de las elites
de poder.
El régimen
de Hugo Chavez heredado por Nicolás Maduro para lograr sus objetivos, ha
corrompido a los funcionarios públicos, se ha valido en algunos casos de la necesidad
de los profesionales de conservar un empleo, o de la carencia de una vivienda para imponer
desde el poder su voluntad a quienes maneja como súbditos.
A los
esbirros del régimen no les interesa la preocupación de los venezolanos por la
escases de alimentos y medicinas, el dolor de las madres que pierden a sus hijos por el hampa
desbordada, la angustia que genera en las familias la detención arbitraria o la condena a
presidio de uno de sus miembros por incurrir en el “delito” de estar en
desacuerdo con un régimen que ha sembrado miseria y atraso.
Lo único que
le interesa es que prevalezca el modelo político
que ha golpe y porrazo quieren imponer, que
les brinda impunidad ante las aberraciones judiciales, sociales y económicas
que han implementado,
A la jueza
Susana Barreiros, funcionaria del poder judicial venezolano le corresponde tomar
una decisión legal, la más importante de
su carrera probablemente, dictar sentencia absolutoria o condenatoria a
Leopoldo López, un ciudadano inocente de los delitos que se le imputan, con esa
decisión la juez no solo marcará su propia vida sino la de su familia.
Cnel
(GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
Coronelantoniosemprun.blogspot.com