Nada puede ser más condenable que sacrificar al Hermano para beneficiar al Extraño.
- Antonio Semprun -
Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira
La muy contraída economía venezolana como consecuencia de la irresponsable y ''generosa'' administración revolucionaria está siendo cada vez más exprimida para ganar a expensas de ella indulgencias con dinero ajeno. Un artículo aparecido recientemente en el Miami Herald refleja la denuncia del diputado Julio Montoya, el articulo deja ver como el ''generoso'' dictador ha invertido más de $ 1.500 millones para financiar proyectos que benefician a gobiernos y ciudadanos extranjeros. Ante este irresponsable proceder cabe preguntarse que pudo haberse hecho con esa cantidad de dinero si se hubiese invertido dentro de las fronteras venezolanas.
Venezuela es el país en donde el Teniente Coronel Presidente desde hace doce años inició un proceso de hipoteca del futuro del país y de los venezolanos sin importar el color de la camisa que exhiban. El jefe de la revolución continúa saqueando sus riquezas para disponer de ellas como dispone el bodeguero de la ganancia que diariamente le genera su tienda. El dinero de los venezolanos lo usa a conveniencia para financiar su proyecto dictatorial continental. En Venezuela ser rico es malo según dijera el ''generoso'' dictador pero el dinero venezolano es bueno para hacer ricos de manera fácil copiando la tesis revolucionaria a ciudadanos en otras latitudes.
Mientras en Venezuela la infraestructura se cae a pedazos, los damnificados siguen viviendo en refugios y albergues en condiciones críticas mientras las ciudades del interior del país son sometidas a brutales racionamientos de energía eléctrica y el número de venezolanos que no tienen acceso a una vivienda propia se incrementa, mientras la deuda pública de $30 mil millones que heredó la revolución bonita se ha incrementado en los últimos doce años a $130 mil millones como consecuencia de las políticas aplicadas por el administrador de Miraflores y sus asesores, el ''generoso'' dictador dispone de $1.500 millones para contribuir con el progreso en otras naciones.
Con ese dinero se ampliaron y modernizaron aeropuertos cubanos como el Juan G. Gómez en Varadero y José Martí en la Habana, se ampliaron redes eléctricas en Cuba mientras en Venezuela los venezolanos reciben sendas multas cuando el consumo eléctrico excede lo permitido por el régimen. Bolivia recibió ayuda para la sustitución de bombillos para ahorrar energía eléctrica. En Nicaragua se desarrollaron programas de asistencia a pequeños productores agrícolas mientras en Venezuela se expropia a la empresa privada, se financió el mantenimiento de redes de distribución de agua y alcantarillado mientras en Venezuela se producen inundaciones por la falta de mantenimiento en los alcantarillados, se mejoraron servicios odontológicos en zonas rurales, se mejoró el sistema de correos, se desarrolló un proyecto de mecanización agrícola y se adquirieron motos y autos de patrullaje para la policía de ese país. En Ecuador se financió la adquisición de equipos de telecomunicaciones, se apoyó el mejoramiento de “la cadena productiva y comercial” de la industria del cacao y se realizaron pagos clasificados como “ayuda de emergencia”. En Belice, Antigua y Barbuda se desarrollaron programas para la construcción de viviendas, en Chile se construyeron aldeas universitarias para la universidad de Arcis mientras en Venezuela se recorta el presupuesto universitario hasta en el coloso Brasil se financiaron plantas de producción de jugo de uva. El 88 por ciento de los desembolsos de la astronómica cifra fueron destinados a la isla de su mentor y padre político, esto ocurrió entre enero del 2007 y mayo del 2010.
No cabe dudas que se puede ser muy generoso con dinero ajeno. Un informe de BANDES muestra discrepancias entre autoridades Cubanas y Venezolanas sobre un desembolso de $150 millones realizado para ayudar al gobierno de los hermanos Castro a superar los daños ocasionados por los fenómenos naturales Ike y Gustav en el año 2008.
El ''generoso'' dictador haciendo gala del despilfarro del dinero venezolano ordenó “un financiamiento especial”, otorgado con carácter de urgencia por la estatal Petróleos de Venezuela, S.A., cuando el BANDES realizó gestiones para registrar la operación como un crédito, las autoridades de la Habana desestimaron la solicitud, la aptitud de las autoridades cubanas seguramente se basó en el hecho de que Venezuela es un país rico gobernado por alguien que nada le niega a la dictadura de la isla por lo que no se dió conformidad por parte de Cuba al convenio y en julio del 2009, dicha operación dejó de ser un préstamo para convertirse en una operación no reembolsable de acuerdo a compromisos asumidos por el Comandante Presidente. Un regalo más que con dinero venezolano se hizo.
Desde hace doce años el nombre de Venezuela dejó de leerse como el país que inscribía su nombre en las listas de las mujeres más hermosas del mundo y del universo, como el país exportador de petróleo, como el país que representaba una vitrina de democracia, como un país que era sitio obligado de visita por turistas de todo el mundo por sus paradisiacos lugares. La inseguridad se ha encargado de ahuyentarlos, hoy el nombre de Venezuela se lee en listas de donde muchos países luchan por no aparecer, por ejemplo en la lista de países que mantiene estrechas relaciones con regímenes totalitarios que a diferencia del venezolano no son generosos con los dineros de su erario público.
El saldo que en Venezuela arrojan los números en lo económico y en lo social es desalentador, como resultado de doce años de políticas erradas que han desmontado las bases de un país que se enrumbaba al bienestar y al progreso. En los últimos doce años a Venezuela la han obligado a caminar hacia el atraso mientras sus vecinos corren hacia el desarrollo, la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos hace que el país neogranadino empiece a vernos por el espejo retrovisor.
Los venezolanos debemos tomar conciencia de la nefasta consecuencia que representa tener al frente de la dirección del país un individuo que vive inmerso en una burbuja de autoritarismo, poder e ignorancia.
- Antonio Semprun -
Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira
La muy contraída economía venezolana como consecuencia de la irresponsable y ''generosa'' administración revolucionaria está siendo cada vez más exprimida para ganar a expensas de ella indulgencias con dinero ajeno. Un artículo aparecido recientemente en el Miami Herald refleja la denuncia del diputado Julio Montoya, el articulo deja ver como el ''generoso'' dictador ha invertido más de $ 1.500 millones para financiar proyectos que benefician a gobiernos y ciudadanos extranjeros. Ante este irresponsable proceder cabe preguntarse que pudo haberse hecho con esa cantidad de dinero si se hubiese invertido dentro de las fronteras venezolanas.
Venezuela es el país en donde el Teniente Coronel Presidente desde hace doce años inició un proceso de hipoteca del futuro del país y de los venezolanos sin importar el color de la camisa que exhiban. El jefe de la revolución continúa saqueando sus riquezas para disponer de ellas como dispone el bodeguero de la ganancia que diariamente le genera su tienda. El dinero de los venezolanos lo usa a conveniencia para financiar su proyecto dictatorial continental. En Venezuela ser rico es malo según dijera el ''generoso'' dictador pero el dinero venezolano es bueno para hacer ricos de manera fácil copiando la tesis revolucionaria a ciudadanos en otras latitudes.
Mientras en Venezuela la infraestructura se cae a pedazos, los damnificados siguen viviendo en refugios y albergues en condiciones críticas mientras las ciudades del interior del país son sometidas a brutales racionamientos de energía eléctrica y el número de venezolanos que no tienen acceso a una vivienda propia se incrementa, mientras la deuda pública de $30 mil millones que heredó la revolución bonita se ha incrementado en los últimos doce años a $130 mil millones como consecuencia de las políticas aplicadas por el administrador de Miraflores y sus asesores, el ''generoso'' dictador dispone de $1.500 millones para contribuir con el progreso en otras naciones.
Con ese dinero se ampliaron y modernizaron aeropuertos cubanos como el Juan G. Gómez en Varadero y José Martí en la Habana, se ampliaron redes eléctricas en Cuba mientras en Venezuela los venezolanos reciben sendas multas cuando el consumo eléctrico excede lo permitido por el régimen. Bolivia recibió ayuda para la sustitución de bombillos para ahorrar energía eléctrica. En Nicaragua se desarrollaron programas de asistencia a pequeños productores agrícolas mientras en Venezuela se expropia a la empresa privada, se financió el mantenimiento de redes de distribución de agua y alcantarillado mientras en Venezuela se producen inundaciones por la falta de mantenimiento en los alcantarillados, se mejoraron servicios odontológicos en zonas rurales, se mejoró el sistema de correos, se desarrolló un proyecto de mecanización agrícola y se adquirieron motos y autos de patrullaje para la policía de ese país. En Ecuador se financió la adquisición de equipos de telecomunicaciones, se apoyó el mejoramiento de “la cadena productiva y comercial” de la industria del cacao y se realizaron pagos clasificados como “ayuda de emergencia”. En Belice, Antigua y Barbuda se desarrollaron programas para la construcción de viviendas, en Chile se construyeron aldeas universitarias para la universidad de Arcis mientras en Venezuela se recorta el presupuesto universitario hasta en el coloso Brasil se financiaron plantas de producción de jugo de uva. El 88 por ciento de los desembolsos de la astronómica cifra fueron destinados a la isla de su mentor y padre político, esto ocurrió entre enero del 2007 y mayo del 2010.
No cabe dudas que se puede ser muy generoso con dinero ajeno. Un informe de BANDES muestra discrepancias entre autoridades Cubanas y Venezolanas sobre un desembolso de $150 millones realizado para ayudar al gobierno de los hermanos Castro a superar los daños ocasionados por los fenómenos naturales Ike y Gustav en el año 2008.
El ''generoso'' dictador haciendo gala del despilfarro del dinero venezolano ordenó “un financiamiento especial”, otorgado con carácter de urgencia por la estatal Petróleos de Venezuela, S.A., cuando el BANDES realizó gestiones para registrar la operación como un crédito, las autoridades de la Habana desestimaron la solicitud, la aptitud de las autoridades cubanas seguramente se basó en el hecho de que Venezuela es un país rico gobernado por alguien que nada le niega a la dictadura de la isla por lo que no se dió conformidad por parte de Cuba al convenio y en julio del 2009, dicha operación dejó de ser un préstamo para convertirse en una operación no reembolsable de acuerdo a compromisos asumidos por el Comandante Presidente. Un regalo más que con dinero venezolano se hizo.
Desde hace doce años el nombre de Venezuela dejó de leerse como el país que inscribía su nombre en las listas de las mujeres más hermosas del mundo y del universo, como el país exportador de petróleo, como el país que representaba una vitrina de democracia, como un país que era sitio obligado de visita por turistas de todo el mundo por sus paradisiacos lugares. La inseguridad se ha encargado de ahuyentarlos, hoy el nombre de Venezuela se lee en listas de donde muchos países luchan por no aparecer, por ejemplo en la lista de países que mantiene estrechas relaciones con regímenes totalitarios que a diferencia del venezolano no son generosos con los dineros de su erario público.
El saldo que en Venezuela arrojan los números en lo económico y en lo social es desalentador, como resultado de doce años de políticas erradas que han desmontado las bases de un país que se enrumbaba al bienestar y al progreso. En los últimos doce años a Venezuela la han obligado a caminar hacia el atraso mientras sus vecinos corren hacia el desarrollo, la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos hace que el país neogranadino empiece a vernos por el espejo retrovisor.
Los venezolanos debemos tomar conciencia de la nefasta consecuencia que representa tener al frente de la dirección del país un individuo que vive inmerso en una burbuja de autoritarismo, poder e ignorancia.