sábado, 25 de enero de 2014

Las Dos Venezuelas
 
El miedo que nos paraliza, es el mismo que nos impulsa cuando lo transformamos en poder.
                                                             Antonio Semprun
 
Después de casi quince años de desgracia, dentro de los 912.050 kilómetros cuadrados que conforman nuestro territorio, existen dos Venezuelas, la de los "Buenos" y la de los apátridas, la de los "vivos"  y la de los tontos, la de "nuevos ricos" y la de los pobres, la de los "reyezuelos " y la de los súbditos, la de quienes se creen "dueños" del petróleo y la de los que le trabajan la empresa.
 
Un jefe extranjero, con domesticados empleados las administra, de la inmensa  riqueza que pertenece a los venezolanos solo les arrojan el sencillo que le sobra,  les condiciona los países que deben visitar y la cantidad de dinero que deben gastar,  mientras los "reyezuelos" y su familia disfrutan sin límite el uso y abuso del dinero del estado.
 
En Venezuela, un pequeño grupo de mercenarios  no solo han arruinado el país,  han arruinado la vida y el futuro de sus habitantes que ante tan triste y vergonzosa realidad, se están acostumbrando a la cohabitación entre el Síndrome de Estocolmo y la habituación de una situación que  los convierte en verdugos de su  destino.
 
Los venezolanos debemos preguntarnos, ¿Merecemos lo que está ocurriendo en el país, lo que nos está ocurriendo como individuos?, si el merecimiento es un acto de justicia, los venezolanos no merecemos que el sol nos tueste, o la lluvia nos empape  mientras hacemos largas colas para comprar alimentos, ni que la delincuencia nos asesine por decenas cada semana.
 
Hay dos responsables en la dramática situación que se vive en las dos Venezuelas; Maduro y su banda de delincuentes que usan la esperanza como arma de sumisión cuando ofrecen una casa ó un empleo que nunca entregaran, y el miedo que hace que se viva arrodillado  sacrificando la libertad y el derecho a elegir un futuro digno.
 
Los venezolanos volveremos a vivir en una sola Venezuela, cuando decidamos luchar por el respeto que merecemos, por rescatar el país que día a día perdemos, cuando les demostremos a los proxenetas  extranjeros que nos viven, que  decidimos volver a vivir en libertad y  democracia.
 
La situación que hoy nos aplasta no requiere de un líder, requiere que expresemos la indignación que llevamos por dentro, la culpa de lo que hoy soportamos como pueblo no es de una persona, es de quien cada día se mira en el espejo y espera que otro haga lo que él debe hacer.
 
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun