Bastaron dieciséis años para que
desde el poder se convirtiera a Venezuela en una cárcel de máxima seguridad en la que
hay delincuentes de todo tipo, secuestradores, narcotraficantes, estafadores,
terroristas y subversivos que viven libres entre sus fronteras
gozando de las prebendas que ofrece el
secuestro el poder.
Los antisociales de esa cárcel son
tratados como “doctores” una manera de
llamar en Venezuela a quienes ocupan cargos importantes sin importar sus
credenciales intelectuales y morales, no
importa si de ignorante conductor de autobús
llegó a presidente, si portan toga y birrete que les da el poder de regular las redes
sociales o si de administrador de una cantina de cuartel se hicieron diputados.
En Venezuela por ahora todo está
al revés las instituciones son
esqueletos con rimbombantes nombres desde donde despachan malhechores, el dinero proveniente de los ingresos
petroleros que debió ser invertido en garantizar mejor calidad de vida a los
venezolanos y desarrollar estructuralmente
el país está en cuentas bancarias de
personeros de la dictadura, quienes
violan la ley gozan de libertad plena mientras
el ciudadano honesto purga penas o se le otorga libertad condicional.
La enfermedad que aletarga a los venezolanos necesita de un
sacudón que les haga abrir los ojos y
darse cuenta que un centenar de bandidos está arrodillando a treinta millones
de personas, debemos volver al camino de la democracia del que nos
descarrilaron, debemos luchar unidos para demostrar que el problema en el que
nos metieron no es que Venezuela era un país rico donde había ricos, el problema es que llenaron
de pobres a un país rico.
No se necesitan héroes para liberar a Venezuela de la crisis que enfrenta debido a la incapacidad, la ineptitud y la avaricia, se
necesitan seres humanos de carne y hueso que se unan por encima de sus
diferencias alrededor de un objetivo supremo, devolverle a Venezuela la libertad
que le secuestraron.
Cnel (GN)
Antonio Semprun
@antoniosemprun
Coronelantoniosemprun.blogspot.com