Después de diecisiete años en los
que una banda en la que se mezclaron ladrones, narcotraficantes y proxenetas
gobernaron el país y lo convirtieron en refugio de delincuentes, en banco de su
propiedad y en estado forajido, Venezuela necesita la ayudad que por
indiferencia, por manipulación o engaño no se le habia dado.
Convirtieron las instituciones
del estado en cascarones vacios de honorabilidad, respeto, dignidad y nacionalismo
las integran quienes por ambición se convirtieron en verdugos de justicia, en mercaderes de principios, el
país fue invadido por la plaga de la corrupción que contagio a la gran mayoría de
funcionarios públicos.
Impusieron una dualidad en la
interpretación de las leyes, la que favorece al régimen y la del deber ser y en
su aplicación prevalece la que los favorece, los gánster rojos están dispuestos
desde la comodidad de las poltronas de sus oficinas a confrontar a los
venezolanos para que los mantengan en el poder que les brinda impunidad.
Es tiempo de decisiones, es el
momento en el que los miembros de la Fuerza Armada Nacional asuman el rol
institucional establecido en nuestra Carta Magna, no deben permitir que los
mercenarios del régimen derramen una gota más de la sangre del pueblo al que
tienen el deber de proteger, los venezolanos hablaron contundentemente el
pasado seis de Diciembre, a través de la voluntad del pueblo venezolano Dios habló
y cuando Dios habla hasta el diablo
calla.
El régimen al ordenar a sus mercenarios
impedir la toma de posesión de los ciento doce diputados electos el pasado seis
de Diciembre irrespeta a la Fuerza Armada Nacional al pretender que ignore lo
que establece la Constitución Nacional en su artículo 328, así mismo la reta a
enfrentarse contra grupos violentos que
tienen la orden de motivar el miedo y la zozobra en la población.
Si los mercenarios de Nicolás
Maduro y su régimen están dispuestos a arremeter contra un pueblo deseoso de
vivir en libertad y de que se respeten sus derechos, la Fuerza Armada Nacional
tiene que estar dispuesta a someterlos sin la más mínima contemplación.
La torre de Babel venezolana al
igual que le erigida en la antigua babilonia se destruirá porque quienes
pretendieron construirla se confundieron en el lenguaje, no entendieron el
grito de un pueblo.
Cnel (GN)
Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com