En Venezuela
corren días que los venezolanos jamás imaginaron vivir cuando hace diecisiete
años confiaron sus expectativas de una mejor calidad de vida en la promesas que
les hiciera el Caballo de Troya que Fidel Castro introdujo en Venezuela basado
en los objetivos del Foro de Sao Paulo para apoderarse del país que en los años
sesenta quiso tomar por medio de la lucha armada.
En Venezuela la
situación se agrava cada día de manera alarmante sin que haya en quienes ejercen
el poder la más minina intención de rectificar el rumbo que la lleva al
desastre total, el único objetivo que los mueve es la permanencia en el poder
que les brinda impunidad a la larga lista de delitos cometidos.
Ante el despertar
de un pueblo que ya no esta dispuesto a continuar dejándose humillar, Nicolás
Maduro lo amenaza diciendo que si la oposición intenta acciones violentas el
presidente Turco Recep Tayyip Erdogan será un niño de pecho ante las acciones
que tomó ante el frustrado golpe de estado, palabras que no extrañan viniendo
de quien ha terminado de convertir el país en un caos pero que lo
responsabilizan de lo que ocurra en las calles de Venezuela en venidero primero
de Septiembre.
No es la mayoría
de venezolanos quienes quieren violencia, la propiciaran aquellos a los que el
ejercicio de un derecho constitucional como es la ejecución del Referendo
Revocatorio les moja los pantalones, el control del país está en manos de los
ciudadanos que quieren cambio, no en la de quienes pretenden continuar en el
poder, el pueblo los contrato y puede despedirlos cuando se le antoje
Somos los
venezolanos adultos los protagonistas de propiciar acciones que propicien
seguridad y protección a los miles de
niños que carecen de comida, medicinas y una vida digna, somos responsables de
cambiar la imagen que tiene el mundo de nuestro país, nuestra determinación
evitara que nos sigan viendo como los balseros de aire y como los pobres venezolanos
que permitimos que se nos impusieran una dictadura como la cubana.
El primero de
Septiembre no debe ser solo una gigantesca marcha que termine en una tarima en
la que se pronunciaron discursos políticos, Venezuela necesita mucho más que
eso, debe ser el inicio de acciones diarias en todo el país que permitan que
dejemos de ser los mansos corderos que aceptamos la basura comunista que nos
han impuesto unos Hijos de mala entraña más capitalistas que el imperio, que Tibisay Lucena deje de ser el ama de
llaves de la casita de caprichos en la que Fidel Castro convirtió al CNE, que
el TSJ deje de ser guarida de delincuentes comprobados.
El miedo es una
sensación que paraliza y nos hace prisioneros, la libertad es la capacidad de
actuar según la propia voluntad, de no sentirse esclavo, ni sujeto, ni impuesto
al deseo de otros de forma coercitiva, llego el momento, decidamos por el miedo
o por la libertad.
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com