Después del venidero 16 de Julio del año en curso, los venezolanos debemos ser muy cuidadosos para no embriagarnos de "TRIUNFALISMO". Asumir ese comportamiento sería tirar por la borda la valiente y aguerrida lucha que se ha venido librando en las calles para reconquistar la libertad, sería olvidar a quienes pagaron el precio más alto que se puede pagar por ese derecho.
Un partido de fútbol termina cuando suena el pitazo final. El 16 de Julio no es el pitazo final en la tragedia que vive el país, es un paso más.
Queda mucha calle todavía, en ellas debemos mantenernos hasta que caiga la tiranía.
Cnel (GN) Antonio Semprun