En Venezuela la dictadura heredada
por Maduro y la banda de delincuentes que reúne a extranjeros, corruptos, narcotraficantes
y ladrones, ha decidido utilizar la represión en todas sus modalidades para
someter a los venezolanos.
Para eso cuenta con jueces, fiscales, funcionarios de los
organismos de seguridad, miembros de las Fuerzas Armadas Nacionales, la
complicidad y el silencio autoimpuesto de los medios de comunicación, que le
permite actuar impunemente contra la sociedad civil.
Son más de 3.165 los detenidos
en todo el país, más de 40 venezolanos asesinados al protestar pacíficamente por
el respeto a sus derechos y se desconoce la cantidad de desaparecidos debido a
la complicidad de los órganos encargados de “administrar justicia”.
El régimen de Maduro a legalizado
la represión y criminalizando la disidencia, la mordaza informativa evita que
se conozcan casos de venezolanos conviertidos en víctimas al pretender crear
conciencia sobre la situación que
destruye el país.
Es el caso de la poetisa
Balvina Jaqueline Muñoz Gomes, una de las victimas anónimas confinada a una
celda en el INOF acusada de instigar al terrorismo y odio social, por pretender
reflejar en una novela “EL Amor en Tiempos
de Guarimba” lo que han vivido los jóvenes venezolanos al tratar de enfrentar
pacíficamente una dictadura que les roba el futuro, que sembró odio entre los
venezolanos y saquea el país.
El delito imputado a Muñoz Gómez
por la fiscal Francis Avila, está
reservado en la legislación venezolana para individuos de alta peligrosidad, es la manera como la dictadura ve a quienes
atentan contra su permanencia en el
poder.
La indiferencia de la sociedad
venezolana ante la dictadura de Raul en Venezuela, solo retarda el momento en
el que les tocara a la puerta.
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun