Han transcurrido ocho años desde que un grupo de hombres y mujeres de pueblo envestidos con el otrora honorable uniforme de las Fuerzas Armadas Venezolanas, se pronunció en la Plaza Francia de Altamira en contra de quién ha traicionado a su patria saqueándola y endeudándola, entregando sus riquezas a intereses foráneos con la única intención de perpetuarse en el poder. No fué equivocada la decisión porque a pesar de que aquellos hombres y mujeres arriesgaron sus carreras, su tranquilidad y la seguridad de sus familias, prevalecieron en ellos los principios de honor y lealtad a la Libertad y a la democracia. El tiempo, justo juez ha demostrado que los motivos de aquella acción hoy se han profundizado. Venezuela y los venezolanos están viviendo la época más oscura de su historia contemporánea. Elevemos una oración para los miles de venezolanos que nos acompañaron en esos momentos y por aquellos que ofrendaron sus vidas por la libertad de Venezuela.
El Espíritu de Altamira Vive