El acontecer diario del país se ha convertido en una tragedia
bíblica para tres actores a quienes el miedo, la preocupación y la esperanza
son un reto que enfrentan diariamente,
uno con lo poco que le queda, otro con una mayoría que no sabe canalizar y un
tercero desorientado sin saber que hacer pero dispuesto a luchar.
El régimen no pierde oportunidad para demostrar “lo mucho que le
importa el bienestar del pueblo venezolano que se muere de hambre”, gastó más
de doscientos millones de dólares que representan al cambio DICOM 129.8
millardos de bolívares en compra de armas y equipos para que la Policía
Nacional reprima a un pueblo que pide respeto, e importar toneladas de comida
para alimentar a los invitados en una estéril y fracasada cumbre que duro cinco
días, ¿cuanto pudo haber ayudado ese dinero a mejor la terrible situación que
enfrentan los venezolanos?, ¿quien aprobó ese enorme gasto?
Uno de los actores como siempre lo ha hecho, actúa como un bingo,
canta la jugada, sus voceros gritaron que no habrá Referendo Revocatorio en el
2016, el otro actor continua vendiendo ilusiones sin medir las consecuencias, y
al verse descubierto alega que en la lucha por un derecho constitucional hay que
se reunirse con quien sea, pero resulta que ese “quien sea” son quienes tienen
a Venezuela por cárcel, son quienes perdieron legitimidad, son quienes ignoran
la voluntad de los venezolanos representada en la Asamblea Nacional, son
quienes tienen húmedos los pantalones y aún así se pretende negociar con
bandidos que los desconocen cuando son ellos los están obligados a aceptar los
términos de una negociación.
Ante el turbio panorama que enfrenta Venezuela existe un cuarto actor
que observa las actuaciones de quienes
luchan con uñas y dientes por alargar su estadía en el poder y las de quienes
recibieron un mandato del pueblo venezolano que le ha quedado grande, a pesar de
que los respalda el poder que representa una enorme mayoría, su actual vocero lo
señala con un dedo de ser responsable de la desgracia que vive Venezuela
mientras tres dedos lo señalan a él de la situación que enfrenta el país como
consecuencia de errores del pasado en el que ha sido protagonista.
El complejo almanaque que vive Venezuela podrá verse con claridad
cuando la matemática se cumpla, en ese momento una diminuta camarilla de
hampones pondrá pie en polvorosa, porque no hay poder humano que detenga un
pueblo decidido a buscar y encontrar su libertad.
Cnel (GN) Antonio
Semprun
@coronelantoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com