Quien
construye sueños en base a mentiras pronto despierta sumergido en una
pesadilla. - Antonio
Semprun
Nada
que se sustenta sobre el engaño y la mentira es duradero, es el caso de la
revolución que encabezó en Venezuela Chávez y su servidumbre que con el
transcurrir del tiempo se convirtieron en millonarios delincuentes de cuello
rojo con jugosas cuentas en dólares en bancos extranjeros producto del saqueo
del erario nacional.
Las
mentiras que el régimen ha venido enlazando durante los últimos catorce años de
su gris historia contemporánea terminaron envolviendo a quienes fueron
designados herederos de un poder abusivo y corrupto que los embriagó y por el que
están dispuestos a entregar a Venezuela para conservarlo.
El
régimen cubano experto en el arte del engaño ha hecho una jugada que le está
brindando los resultados esperados durante muchos años, mantienen secuestrado
en un cuarto de hospital del CIMEQ a su rehén más valioso, al que utilizan para
negociar y saquear a Venezuela, con la complicidad de individuos imberbes que
juegan a ser expertos en el arte de la política.
La mal
llamada "revolución bonita" comenzó como una descomunal mentira que
se sostiene sobre palillos y tiene como única víctima al pueblo venezolano que
por convicción u omisión se ha hecho cómplice del régimen que lo ignora, lo
humilla e irrespeta, las promesas hechas de mejorar la calidad de vida del
venezolano, de acabar con la corrupción, de crear empleos, de controlar la
inflación, de tener soberanía alimentaria son una mentira que se estrella veloz
con el día a día de los venezolanos.
El
grupo de usurpadores que ostentan el poder en Venezuela, la tienen postrada
ante una enorme mentira latinoamericana convertida en el mito que enamoró al
Comandante, un mito que ha llevado a la ruina y la miseria a sus ciudadanos
mientras ellos se benefician de la mentira y el engaño, un mito que salpica de
ruina y miseria al pueblo de sus enamorados.
Reza un
refrán "La mentira tiene patas cortas", en Venezuela la realidad
alcanzó a la mentira, lo que nos hace ver la desoladora realidad a las que nos
llevó un falso profeta y un tanto de la buena fé del gentilicio venezolano, nos
queda ahora despertar, sacudirnos la indiferencia, dejar de pensar que otro
hará lo que a cada uno nos corresponde hacer, debemos despertar ponernos en pie
de lucha para rescatar el país del que un invasor extranjero nos quiere
despojar.
Cnel.
(GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun