El Papa Francisco no desconoce lo que viven las sociedades oprimidas y
humilladas, vivió lo ocurrido en la última dictadura implantada en su país Argentina
entre (1976 – 1983), en su visita por algunos países suramericanos y ahora a
los Estados Unidos, no ha dejado de enviar mensajes claros para quienes ejercen
gobiernos totalitarios y no tan claros para quienes esperaban desde sus perspectivas
otra actuación del Santo Padre.
En Santa Cruz de la Tierra
(Bolivia), pidió que se tenga una economía al servicio de los pueblos y que se
grite sin miedo queremos un cambio, en Cuba manifestó que el “servicio nunca es
ideológico” que “ya no se sirve a las ideas; sino que se sirve a las personas”
se ha cuidado el Papa Francisco, de no proyectar una imagen política en la que
se reúne con la disidencia de los pueblos oprimidos, ha mantenido un código papal
en el que la palabra ungida por Dios, es la más contundente acción que un
hombre de la talla del sucesor de la silla de Pedro puede realizar.
El hombre por naturaleza es crítico
de las acciones y de las palabras ya sea por acción o por omisión, no se debe criticar a quien
desde una tarima frente a presidentes, primeros ministros, jerarcas de otras
creencias, congresistas, dictadores y
miles de personas, llama a custodiar la dignidad de los ciudadanos en busca del
bien común porque esto es el derecho de la política, a luchar incansablemente
para que las naciones por la gracia de Dios tengan una nueva aurora de
libertad.
Venezuela y el pueblo venezolano no son ajenos a las palabras del Santo Padre
cuando expresa “el mundo es cada vez un lugar de conflictos violentos, de odio
nocivo, de sangrienta atrocidad cometida incluso en nombre de Dios y de la
religión, ninguna religión es inmune a diversas formas de observación
individual o de extremismo ideológico”.
El Papa Francisco, utilizo el
espacio desde el que puede ser muy convincente, más que una reunión con
disidentes u opositores de un país, para recordarle a quienes humillan a los
pueblos por dinero y poder que “toda
actividad política debe servir y promover el bien de la persona humana y estar
fundado en el respeto de su dignidad”, envió
un mensaje subliminal y contundente con la regla de oro “Hagan ustedes con los demás
como quieran que los demás hagan con ustedes”,
si queremos vida demos vida, si queremos paz demos paz.
El Papa Francisco uso su mano izquierda para reprimir y su derecha
para sobar, no solo a los verdugos, también a los oprimidos por estos cuando
expreso ”la complejidad y la gravedad del desafió exige poner en común los
recursos y los talentos que poseemos y empeñarnos en sostener mutuamente tal
cooperación en un potente instrumento en la lucha por erradicar las nuevas
formas mundiales de esclavitud”.
Los recursos en común que
poseemos lo venezolanos son el deseo de
libertad y el respeto que merecemos, que debemos amalgamar en un instrumento de
unidad para erradicar lo que hoy nos
humilla.
Cnel (GN)
Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com