El poder es un elixir que embriaga los principios. - Antonio Semprun
El 08/03/2013 será uno de los días más grises que se recordara en la historia de Venezuela, ese día las antiguas pretensiones de Machiricuto lograron el objetivo, asumió la presidencia del país la marioneta que los Castro propusieron para poder gobernar desde la Habana al destartalado país del oro negro, esta afrenta histórica la consolidan con la complicidad del TSJ y un grupo de apátridas que sobreponen sus interese personales a los interese del país.
La marioneta heredera del poder como sucede en las monarquías habla de
inoculación del cáncer, mientras convenientemente olvida que el cáncer no se
inocula y que los Castro, sus nuevos jefes son especialistas en sacar del
camino a quienes le son incómodos ó difíciles
de manejar.
En el pasado lo hicieron con Camilo
Cienfuegos, el Che Guevara, el laureado General Ochoa a quien sacrificaron y
fusilaron para lavarle la cara a la
dictadura en el escándalo del narcotráfico, en el país de los NO CREO, no sería
descabellado pensar que los intereses de
estado, la necesidad de que la dictadura sobreviva sin tener que lidiar con un
individuo incomodo e irreverente y la “mala”
praxis de la “mejor medicina del mundo” hayan pasado factura al hijo político de Fidel.Los seguidores del difunto presidente deben preguntarle a quienes hoy se desgarran las vestiduras por su desaparición física, porque permitieron que se tratara en la Habana cuando tuvo ofertas de atención en Brasil y en otros países donde están los mayores adelantos en la medicina para tratar casos extremos de salud.
El poder es una droga que enferma por el que muchos son capaces de sacrificar a un amigo, un “líder”, un camarada, un padre. Chávez, se declaro hijo de Fidel pero este padre tenía una revolución que cuidar. Maduro se declaro hijo de Chávez, pero este hijo tiene ambición de poder.
Los
venezolanos tenemos una dura lucha que no será imposible, si entendemos que los
tiempos que reinan en el país no dejan rendijas para la ambiciones personales y
partidistas, debemos rescatar primero a Venezuela de las manos de las aves de rapiña
que pretenden seguirla devorando para
tener un país donde se pueda aspirar a cargos
públicos, respeto a los derechos humanos y un futuro para las generaciones venideras.
Cnel. (GN)
Antonio Semprun
@antoniosemprun