miércoles, 20 de junio de 2012

Dios y los venezolanos

Chávez y su servidumbre ante la inocultable realidad que hay un venezolano joven, enérgico y valiente acompañado de su equipo de campaña caminando las calles de Venezuela, entrando a las casas de sus moradores sin importar el color de la franela que tengan guardadas en las gavetas para ponérselas de manera obligada y que multitudinariamente es acompañado por un pueblo cansado de mentiras y ofensas, pretende seguir tratando al noble y bravo pueblo venezolano como ignorantes.

Henrique Capriles y su equipo debe aprovechar la valiosa oportunidad que le presenta el contacto con la multitud para decirles que es imposible que el régimen pueda saber cuál fue la decisión del elector al momento de ejercer su derecho al voto, que los venezolanos que lo acompañan en sus recorridos los que están en sus casas, los que escondidos lo ven ó lo oyen en las oficinas públicas sientan la confianza que realmente pueden ejercer su derecho de elegir con plena libertad.

Los venezolanos todos, sin distingo del color de su franela deben tener la certeza que después del 7 de Octubre, con su participación decidida habrá en Venezuela un nuevo gobierno que trabajará para el progreso y desarrollo del país. Henrique Capriles, debe llevar a cada una de sus presentaciones en los estados, en las entrevistas, en cada contacto con venezolanos que el 7 de Octubre, en el momento histórico que se encuentren a solas para tomar la decisión de elegir entre el progreso, la seguridad, el futuro ó la miseria, la inseguridad, y el atrasó tengan la certeza que en ese momento solo estará acompañado de la providencia divina quien será la única que sabra por quien votó.

Chávez usted rendirá cuentas

Hoy en el exilio un amigo se sumó a la larga lista de venezolanos que entierra a un ser querido sin haber podido estar cerca de El en los últimos días de su vida, en los que luchó por mantenerse vivo para tener la alegría de volver a ver a su hijo y nietos desterrados de su patria por su necio y fracasado proyecto de que lo único que le ha brindado a Venezuela ha sido separación de familias, siembre de odios y la imposibilidad que venezolanos injustamente perseguidos por su servidumbre puedan estar cerca de los seres queridos en los últimos días de su vida y menos aún que haya tenido la triste oportunidad de enterrar a sus muertos.

Pide usted clemencia a Dios mientras se ha convertido en verdugo de la vida de los venezolanos. No olvide usted dictador asesino, que quien siembra vientos cosecha tempestades, que quien a hierro mata a hierro muere y usted durante los últimos catorce años ha sembrado vientos en la tierra de los venezolanos y ha permitido que cientos de ellos hayan sido presa de balas asesinas de una inseguridad que usted apaña.

Chávez, el tiempo de Dios es perfecto, los venezolanos tenemos el deber y el derecho de no seguir permitiendo que quienes se han sido obligados a abandonar el país por la persecución implacable de su ilegitimo régimen continúen enterrando a sus seres querido en una dolorosa distancia obligada.