sábado, 11 de junio de 2011

Visita cincuenta y siete del dictador venezolano a Cuba



El basurero de la historia está lleno de arlequines que se creyeron protagonistas del baile.
- Antonio Semprun -




Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira

Así como un alumno acude a la escuela donde le espera el maestro para enseñarlo y prepararlo a enfrentar la vida y hacerlo buen ciudadano, el dictador venezolano debe acudir frecuentemente a Cuba para recibir de su mentor y guía revolucionario las enseñanzas a seguir para enfrentar las luchas de un pueblo por el rescate de su democracia y hacerlo cada vez mejor alumno para que pueda imponer una dictadura personalista. Ese contubernio es indispensable para el padre e hijo dictadores, uno lo necesita para que continúe sobreviviendo su criminal proyecto, el otro para mantenerse en el poder. La última visita la hizo en noviembre del 2010 para renovar por una década el convenio integral que abarca acuerdos en materia energética, de cooperación internacional, servicios médicos, educativos y deportivos.

Quien pregona que ser rico es malo, quien solicita un diezmo del salario de los trabajadores para alimentar su revolución y grita a los venezolanos que no importa si no tienen que comer porque lo importante es que sobreviva la revolución. Utiliza 1.400.000 dólares para viajar a Brasil, Ecuador y Cuba con comitivas que superan el centenar de personas con cocinero personal incluido. El jefe de la revolución roba el dinero que no le pertenece para realizar sus viajes mientras los venezolanos deben sortear una cancha de obstáculos para obtener una cantidad limitada de divisas que le permitan viajar al exterior.

El jefe de la revolución venezolana va dejando la riqueza de Venezuela e hipotecando el futuro de los venezolanos en cada país que visita. En Brasil firmó una Carta Compromiso entre PDVSA y Braskem para suministrar nafta, crudo y otros derivados del petróleo con el objeto de estructurar un financiamiento de 4.000 millones de dólares el cual se pagará a Brasil con la entrega de la producción petrolera a futuro, la misma fórmula utilizada para el endeudamiento con el Fondo Chino.

Como dueño de pulpería sometió a la Asamblea Nacional donde tiene mayoría de servidumbre un proyecto de endeudamiento que viola la Constitución en su artículo 312, que le permitirá disponer sin ningún control de 45 mil millones de bolívares, cantidad que podrá utilizar a su criterio en las puertas de un año electoral.
En su visita a países a los que les pide ayuda para cumplir con promesas que son realmente una trampa electoral para atrapar incautos, juega nuevamente con la ilusión y el sueño de las familias venezolanas de tener una vivienda propia, vocifera ''me juego el pellejo'' si no se construyen 2 millones de viviendas en los próximos 6 años, lo que representaría entregar 913 casas por día, se perdió un pellejo que no sirve ni para hacer una correa de buena calidad. Basta con preguntarse qué paso con los damnificados dejados por las lluvias en el 2010 a quienes se les ofrecieron viviendas mientras fueron llevado a refugios, a hoteles, a La Casona, a Miraflores, al Palacio Blanco y al Poliedro hoy están abandonados a su suerte.

Mientras el dictador incrementa el número de días fuera del país, en Venezuela continúan las expropiaciones promovidas por la dictadura de las cuales el 95% no se han pagado, se convalidan las ocupaciones ilegales, se ignora la empresa de la construcción nacional a la que le expropian los desarrollos habitacionales privados mientras amplia el intercambio y la complementación económica con sectores productivos de otros países como Brasil, nación que cuenta con importantes proveedores de maquinaria, equipamiento, materias primas, componentes e insumos, maquinaria y equipamiento con la que no cuenta la empresa nacional de la construcción porque le fueron expropiados por el régimen.

Los hospitales del país están sumidos en una profunda crisis por la falta de insumos y la inseguridad de la que son objeto los médicos inclusive en los quirófanos donde son agredidos y amenazados con armas por los acompañantes de quienes llegan heridos por causa de la violencia desbordada en el país.

La situación carcelaria del país es muy grave, allí se refleja como potente faro uno de los distintivos característicos de la dictadura venezolana, la corrupción, que ha hecho de las cárceles pequeños pueblos sin ley en donde no se necesita el porte de armas para tenerlas, las expropiaciones internas dependen del más fuerte, las cárceles son bombas de tiempo en los estados donde se encuentran por el abandono y la negligencia de un régimen que fracasó en sus políticas.

Todo esto está ocurriendo en Venezuela, un país sumido en la tragedia, el abandono y la irresponsabilidad de un individuo que después de doce años ya no es el único responsable de este triste escenario, lo son también los habitantes de este país, unos porque creen que no pueden hacer nada porque marcharon una vez y eso los convenció de que no se podía, otros que no están de acuerdo con el dictador pero se hacen ricos, otros que prefieren que el vecino o el amigo vaya y haga por El, otros porque piensan que esto ya no tiene remedio y se resignaron, otros porque se sienten amigos del régimen y por esa razón no los van a tocar, otros los más tristes y repugnantes son aquellos que se sirvieron de la ultrajada Cuarta Republica y hoy cambiaron el color de la franela, se autoproclamaron perseguidos por ésta dejando al descubierto la miseria humana que los corroe, uno de estos casos lo encarna el tristemente servil Román Chalbaud quien después de servirse ciertamente por sus méritos de la Cuarta Republica, se declara perseguido y le entrega su talento, el honor propio y de su familia a un individuo detestable a quien se le arrodilla para lamerle la suela de los zapatos.

Venezuela no está perdida mientras haya venezolanos decididos a luchar por el país en el que nacieron libres, a luchar por el país que merece la libertad a pesar que algunos de sus hijos se arrodillen al mejor postor, hay de todo en la vina del señor y en Venezuela prevalecerán el amor a la patria, el futuro de los hijos, el derecho a ser libres, al interés a la humillación personal y a la entrega servil.