- Antonio Semprun -
Cnel (GN) Antonio Semprun
Cuando en un individuo se reúne, la mentira, la incapacidad, la ignorancia y la cobardía ese individuo se convierte en alguien indeseable que arruina todo lo que toca. Quien prefiere llamarse Comandante de la revolución a Presidente de la Republica, compulsivamente le miente a los venezolanos tratando de encubrir sus nefastos desaciertos, su incapacidad le ha impuesto a los venezolanos criminales racionamientos en los servicios básicos y limitaciones de los artículos de primera necesidad, su ignorancia no le permite darse cuenta de como lo usan y lo exprimen sus homólogos, su cobardía hace que se esconda detrás de sus subalternos para exculpar sus errores como lo hizo con el Ministro de Energía. Venezuela, el noble y hermoso país en donde hace diez años atrás comenzaban a soplar vientos de progreso. Hoy, un individuo inescrupuloso corroído por el resentimiento lo ha transformado en un país de miseria y carencias, lo ha sumido en una profunda crisis como consecuencia de su deficiente desempeño frente a una nación que sencillamente le quedó muy pero muy grande. En su obstinación por imponer su desdibujada revolución, no se ocupó de las necesidades básicas de los venezolanos en cambio si se ha dedicado ha resolverle los problemas a ciudadanos en otros países. Su aptitud y desempeño no corresponden a la educación y cultura de los venezolanos, ha hecho del gobierno su patrimonio el cual maneja sin limitaciones, este mercader de la mentira olvidó que gobernar no es una tarea para el protagonismo personal y en su desbocada carrera hacia su lamentable y oscura inmortalidad, dejó de lado la participación ciudadana, la responsabilidad fiscal, columnas indispensables para el progreso de una nación. Su mentalidad golpista y trasnochada no le dá cabida para analizar y entender su misión la cual radica en incentivar el espíritu de servicio para alcanzar el bien común, defender los Derechos Humanos, respetar la Libertad de Expresión y dar al pueblo la mayor suma de felicidad posible parámetros que determinan la buena gestión de un gobernante. La historia de Venezuela habla de dictadores como Castro, Gómez, Pérez Jiménez que ha pesar de su ambición de poder se dieron tiempo para pensar en su país y dejaron logros en educación, en obras de infraestructura, en legados fiscales, todo esto con menos recursos que con los que ha contado el país en la primera década del siglo XXI. El individuo que hoy desgobierna Venezuela, no tiene tiempo para pensar en el país y su bienestar porque su único país es el ego, es por eso que ha arrastrado a los venezolanos a la mayor crisis social, política y económica de su historia. Este sujeto no sólo es una palpable desgracia para el país por sus desacertadas acciones, sino que representa una clara amenaza a la estabilidad política y democrática del continente por las peligrosas alianzas que ha creado.
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