domingo, 28 de marzo de 2010

Chávez Encarna la Traición y la Vergüenza

El Miedo, la Sumisión, el Servilismo son Estigmas que Identifican a un Traidor.
- Antonio Semprun -


Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira


Ser colonia de un país del primer mundo representa por sí una tragedia pero ser colonia de un país decadente anclado en el atraso y la miseria representa una monumental vergüenza y una evidente traición. Chávez ha entregado Venezuela a Fidel Castro, su idolatría por el anciano dictador lo ha convertido en la marioneta útil que Ramiro Valdés maneja a su antojo manipulando los hilos de la represión para silenciar y amedrentar la libertad, el derecho a opinar y el derecho a denunciar. Hoy Venezuela está gobernada por un extranjero que tiene la importantísima misión de garantizar el oxigeno que permita la subsistencia al régimen de la Habana.

El desgobierno de Chávez es una amorfa y agrietada figura de barro que se cae a pedazos y se esfuerza por mantenerse en pie, la desesperación lo lleva a tomar acciones torpes, ordena recluir a Oswaldo Álvarez Paz en una celda de la dictadura de Ramiro Valdés, detienen a Guillermo Zuloaga por pocas horas gracias a la presión nacional e internacional, allanan la inmunidad parlamentaria de Wilmer Azuaje. Son las instrucciones que imparte el huésped cubano, toda voz que incite a vivir en libertad y en democracia o el respeto de los derechos fundamentales debe ser acallada, debe ser sumida en la sombra, cualquier ventana abierta de libertad de expresión que muestre al mundo las acciones que indican la implementación de una dictadura hay que cerrarla, cualquier denuncia de corrupción sobre todo si toca a la familia del tirano debe ser castigada, la orden es clara debe enviarse el mensaje del miedo para que este fantasma que los haga callar. Chávez se intoxicó con el poder y le produce terror perderlo, se cree invencible, todopoderoso se cree el hombre fuerte, olvida el incapaz el ignorante de dictador que los ''hombres fuertes'' terminan escondidos como ratas en un hueco como Saddam Hussein o como Manuel Antonio Noriega, suplicando perdón y justicia para no ser extraditado a Francia, suplican lo que fueron incapaces de impartir cuando la providencia les dio la oportunidad de ejercer el poder y lo usaron para sembrar odios.

El poder enceguece al tirano y le hace olvidar que quienes lo encumbraron, a los que ignoró y humilló son los mismos que estarán esperándolo en su inevitable caída. Chávez entregó a Venezuela con un cheque en blanco a los designios y ambiciones de los hermanos Castro con el único propósito que lo mantengan en el poder apoyado también por el silencio cómplice y la inapción de venezolanos que juraron defender el país. Chávez ha convertido a Venezuela en un territorio donde la única ley que se cumple es la suya, se expropia la propiedad privada, se encarcela a los ciudadanos a su juicio y voluntad para eso utiliza sus asalariados y a personajes siniestros traídos de una isla que no tienen nada que ver con el sentimiento venezolano lo que les hace mas fácil la tarea.

El extranjero opresor no conoce al noble pueblo venezolano por eso ignora que los venezolanos de hoy son el mismo pueblo que parió a Simón Bolívar, a Rafael Urdaneta, a José Félix Rivas. Por las venas de los venezolanos corre la tolerancia, la paciencia pero corre también el germen de la libertad que habrá de despertar ante tanta humillación, opresión y deportismo. Chávez representa el más patético accidente político de la historia contemporánea de Venezuela, el pueblo venezolano que lo eligió fue engañado cuando le otorgó el beneficio de la duda a quien enrumbaría el país hacia el desarrollo y el progreso. Resultó ser un inmenso fiasco que utilizó el poder para inflar su ego y enrumbar a su familia y a su corte de bufones hacia la riqueza nueva, hacia la opulencia, hacia la impunidad.

Venezuela no puede seguir en las manos de un traidor a quien el miedo, la sumisión y el servilismo lo llevaron a entregar su país a la avaricia de un extranjero opresor, de quien siembra el odio entre los venezolanos, de quien irracionalmente se arma de chatarras militares con la escusa de un enemigo que sólo vive en su mente y gasta millones de dólares en esas compras mientras el país carece de alimentos de primera necesidad, de quien por su oceánica ineptitud creó un problema de suministro eléctrico y somete a la familia venezolana a brutales racionamientos de luz para tapar su incapacidad. Venezuela no puede seguir en las manos de quien se rodea de secuaces que le cumplen las órdenes que imparte sin importar lo aberradas que estas puedan ser, de quien pretende que el país navegue hacia un mar de la felicidad llamado Cuba, en donde sus ciudadanos mueren en huelga de hambre por el sólo hecho de exigir sus derechos, donde a un grupo de mujeres que marchan en silencio exigiendo la libertad de sus seres queridos son agredidas e infamadas. Venezuela no puede seguir en las manos de quien ordena erigir monumentos en espacios públicos de Venezuela a Manuel Marulanda alias (Tiro Fijo), un guerrillero sanguinario y ordena rendir un minuto de silencio por la muerte del guerrillero Raúl Reyes responsable de la muerte centenares de hombres, mujeres y niños colombianos. Venezuela no puede seguir en la manos de quien maneja el dinero del erario público como si fuera su empresa y asigna un sueldo de $ 20.000 mensuales al ex presidente Hondureño Manuel Zelaya al nombrarlo Coordinador Político de Petrocaribe y lo dota de guardaespaldas vehículo blindado y un avión privado. Venezuela no puede seguir en las manos de un cobarde.

Por ese irrespeto al Pueblo Venezolano y a la Soberanía Nacional es tiempo de relevar del cargo a quien se le dió la oportunidad de hacer de Venezuela el país que merece ser y el que los venezolanos merecemos y el traidor sólo se preocupó en mostrarse como emperador universal implementado un modelo de ideas anejas y fracasadas, utilizó las riquezas del país para comprar conciencias, halagos y aplausos y se convirtió en inmenso reflector de luz para la calle y en terrible oscuridad para la casa.

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