- Antonio Semprun -
Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira
En los manuales de la guerra se lee que la mejor defensa es el ataque pero en este caso cuando el pasado 22 de julio del presente año el estado colombiano presentó contundentes pruebas de la presencia de campamentos y miembros del grupo narco guerrillero FARC en el territorio sagrado de Venezuela ante los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). La mejor defensa no era el ataque, la mejor defensa hubiese sido permitir la verificación por una comisión internacional de los hechos expuestos.
El Traidor a la patria Hugo Chávez optó por romper relaciones con un pueblo en el que sus ciudadanos han sido ensangrentados, robados, violados, secuestrados por asesinos que con su ayuda cómplice les ha brindado el territorio de Venezuela para darles cobijo, protección y seguridad. De esta manera, puedan irresponsablemente evadir la persecución y captura por las autoridades del país que les persigue para hacerles pagar por sus crímenes.
La acción de persecución y aprehensión de las autoridades colombianas se hace imposible porque quienes han transgredido sus leyes y normas ofendiendo la dignidad y soberanía del Estado Colombiano encuentran la libertad que les permite moverse a sus anchas al cruzar las fronteras del país vecino.
Romper relaciones con Colombia representa darle prioridad a la impunidad ante la justicia de ese país para priorizar al delito y a la ilegalidad. Esta acción ratifica y pone en evidencia que lo presentado como pruebas por el estado colombiano ante la OEA, es una verdad del tamaño de una catedral sólo descartadas por el patético y genuflexo Roy Chaderton, Embajador de Venezuela ante el organismo multilateral quien expresó en una dramática defensa que lo presentado por Colombia no muestra evidencia de prueba sobre la presencia de guerrilleros en Venezuela.
La infausta decisión del TRAIDOR de romper relaciones con Colombia ratifica el desprecio que siente por ''su pueblo'' cuando expone a sus ciudadanos a convivir con la presencia de asesinos a quienes beneficia con la protección del estado mientras la sociedad venezolana está a merced del hampa desbordada sin ningún tipo de protección gubernamental.
El continente y el mundo entero debe entender que LA PAZ DEL VECINO ES LA PAZ PROPIA. A tres horas del país más desarrollado del mundo se ha instaurado un desgobierno donde está creciendo un germen de odio contra ese país. Este desgobierno tiene a la cabeza un presidente deslegitimado que presta el territorio nacional para que sirva de refugio y guarida de delincuentes, narcotraficantes y terroristas, allí se reúnen grupos de iraníes, miembros del grupo terrorista ETA, existen células de grupos fundamentalistas como Hezbola. Esta convivencia y “mezcla peligrosa” de grupos no sólo representa un peligro para los habitantes del país convertido en protector de delincuentes, también representa un peligro inminente para los países por los que siente un profundo odio.
Ante esta imprudente y peligrosa decisión de romper relaciones con Colombia, las Fuerzas Armadas no deben ser empleadas para combartir a un país hermano, deben ser empleadas para combatir y erradicar la presencia de grupos narco guerrilleros en nuestro territorio.
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