domingo, 11 de septiembre de 2011

Venezuela un país donde lo único que progresa es el atraso

En un país donde impera la anarquía y el servilismo, la razón y la justicia deben imponerse.
- Antonio Semprun -


Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira

La ineficiencia e ineptitud con la que se ha gobernado al país en los últimos doce años han hecho que se tenga la percepción que Venezuela es un país de incapacitados. Recientemente, el diario El Espectador recogió las palabras del presidente Juan Manuel Santos durante la instalación del Congreso de Analdex en Bogotá. Dijo a los exportadores colombianos ''no sigan pensando en la recuperación de los negocios con Venezuela, manténganse en la dinámica de buscar nuevos mercados, porque las exportaciones por lo menos en el mediano plazo, no van a volver a estar en los niveles que se tenían antes de que se rompieran relaciones con el vecino país.

Aclaró el presidente neogranadino que los modelos económicos de ambos países son diferentes, que el de Colombia es de libre comercio y el de Venezuela de comercio administrado. Santos destacó la actitud de los exportadores de su país que tras el cierre de la frontera comercial con Venezuela se dedicaron a explorar otros mercados y han logrado casi que reemplazar los millonarios negocios que se tenían con Venezuela por lo que a Venezuela hay que mirarla como una ganancia ocasional.

Hoy no sólo el gobierno colombiano insta a sus exportadores a vernos como un país del cual en algún momento se puede obtener alguna ganancia, así nos ven la mayoría de países para los cuales el desarrollo, la seguridad y la competitividad son herramientas necesarias para alcanzar el bienestar de la sociedad. Un país donde la irresponsabilidad e impunidad son las más resaltantes ''cualidades'' de sus gobernantes no puede aspirar a otra suerte.

La insistencia del jefe del régimen de seguir un proyecto fracasado ha hecho de Venezuela un país donde sólo se ha potenciado el atraso, la miseria, la inseguridad, el desempleo, la inflación, la escases, la corrupción, la desconfianza del inversionista extranjero. A Venezuela la han convertido también en un lugar de transbordo del tráfico de cocaína hacia mercados internacionales especialmente Europa y Estados Unidos debido a la falta de control estatal, así lo indican representantes de la ONG International Crisis Group.

Un país no puede aspirar a que se le vea como un destino seguro para la inversión en el que sus autoridades se esconden detrás de la soberanía y la usan como traje a la medida para tomar la decisión de respetar lo que le conviene o no al jefe del régimen,. La magistrada Luisa Estella Morales dejó ver que un eventual fallo favorable a Leopoldo López ex alcalde de Chacao, emitido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en relación con su inhabilitación podría ser desacatado, alegando que sólo la Sala Constitucional (del Tribunal Supremo) puede afirmar si reviste de constitucionalidad la decisión que se tome en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. También expresó “hemos visto casos, ya resueltos por la justicia venezolana y que sin embargo, nuevamente son juzgados por órganos internacionales. En situaciones como ésta no nos queda otro remedio que defender nuestra jurisdicción, nuestra soberanía como Estado y Poder Judicial”.

La posición de la funcionaria contrasta radicalmente con la asumida por los máximos juzgados de países de América Latina, como Bolivia, Argentina, Colombia, República Dominicana y Perú que han declarado que las resoluciones del tribunal continental “resultan de cumplimiento obligatorio para el Estado” y por ello admiten que sus fallos deben “subordinarse al contenido de las decisiones” del organismo con sede en San José (Costa Rica).

Venezuela, es hoy un país gobernado por personajes que sienten que están más allá del bien y del mal, que son dueños y señores de la verdad, que sobre ellos no está nadie. Han hecho del país su casa, su negocio, su hacienda, su bolsillo, su banco y están convencidos que la gran mayoría de los venezolanos que se encuentran fuera de su reducido círculo de poder son su servidumbre a quienes pueden ordenar que cumplan sus exabruptos y están obligados a aceptarlos.

Después de doce años de agravios, Venezuela es un país sin soberanía porque fué entregada al poder extranjero. Es un país en ruinas porque la banda de forajidos que la desgobierna ha saqueado sus riquezas, un país que no genera confianza porque sus instituciones están secuestradas y arrodilladas, es un país inseguro porque han permitido que se convierta en cueva de terroristas y narcotraficantes, donde sus habitantes se auto imponen un toque de queda y aún así la delincuencia mata a los venezolanos como juguetes de feria.

La revolución roja del pupilo de Fidel Castro ha convertido a Venezuela en ruinas, el pupilo se hizo acompañar por pequeño grupo de cómplices que a cambio de poder, dinero, posición social, y cargos entregaron su voluntad al jefe de la revolución, ahora se ven obligados a defenderlo sin cuestionarle nada porque violaron los principios de honorabilidad y respeto con ellos mismos, deducen que deben seguirlo hasta el final y ayudarlo a permanecer en el poder porque no habrá piedra debajo de la cual se puedan esconder cuando la justicia y la razón vuelvan a imponerse en el país.

Esta es la razón por la que el país del oro negro es ahora visto simplemente como un lugar del cual se puede sacar una ganancia ocasional, como expresara el presidente de Colombia Juan Manuel Santos.

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