domingo, 6 de mayo de 2012

Venezuela gobernada por ciento cuarenta caracteres

El empleado público que utiliza el poder para destruir la sociedad que conforma el país que gobierna, se convierte en enemigo del Estado. - Antonio Semprun

Cnel.(GN) Antonio Semprun
Oficial de la Plaza Altamira
 
Como suele suceder el tiempo se encarga que caigan las mascaras con la que las dictaduras se disfrazan de democracias, el reciente anuncio de crear un Consejo de Estado en Venezuela desempolva una figura que permanecía aletargada en la Constitución de 1999 esperando el momento en el que sería necesario activarla, la decisión delata una vez más lo que ha sido este régimen, una monumental estafa, un fiasco mayúsculo.

La comedia que montó Chávez, para crear una nueva Constitución pone en evidencia después de trece la incumbencia de Fidel Castro, padre y mentor político del Presidente de la República en la promulgación de la Carta Magna Venezolana. Aquellos días en los que en el extinto hemiciclo del Congreso Nacional se reunían los escogidos asambleístas para debatir sobre la naciente Constitución, los hechos de hoy reafirman que eran capítulos de una historia que estaba escrita para Venezuela desde la isla caribeña con la aprobación del recién elegido Presidente de la República.

La decisión del mandatario venezolano le dá a su barbudo dios la oportunidad de crear su segundo Consejo de Estado, esta vez en la colonia que Cuba tiene en la parte norte de América del Sur a la que gobierna en la distancia impartiéndole instrucciones al alumno que tiene bajo su cuidado, desde la isla se emiten ordenes que involucran el manejo del país y de millonarios presupuestos de los recursos del estado. Las ordenes que se emiten no tiene un responsable visible son impartidas por las modernas redes sociales a través de ciento cuarenta caracteres lo que no permite a los venezolanos, rojitos ó no saber quien da las ordenes con las que se gobierna a Venezuela.

La improvisación en el régimen de Chávez es una de sus permanentes invitadas (VIP), el artículo 251 de la Constitución Bolivariana de Venezuela habla de una ley que determinará las funciones y atribuciones del Consejo de Estado, esa ley no existe por ahora en Venezuela, claro que habrá los buenos e incondicionales amigos que estarán dispuestos a prestarle un texto con el que se ha subyugado a un pueblo para que lo copien e implementen.

El Consejo de Estado según la Constitución es un órgano superior de consulta del Gobierno y de la Administración Pública Nacional que puede recomendar políticas de interés nacional en aquellos asuntos a los que el Presidente o Presidenta de la República reconozca de especial trascendencia y requieran de su opinión. Cuales pudieran ser las políticas de interés nacional que Chávez reconozca de especial trascendencia cuando durante trece años de administración lo trascendente para su gestión ha sido atender y resolver problemas foráneos, entregar la soberanía nacional y empobrecer el país.

Antes de partir a Cuba el mandatario nacional anunció con su primera tarea asignada: recomendar el retiro del país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Como puede entrar ''pronto'' en funciones si no existe una ley que determine sus atribuciones. A pesar que aún falta la designación de los representantes de la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo y los gobernadores de Estado para que esa instancia pueda ser instalada, fueron designados José Vicente Rangel, Roy Chaderton, Germán Mundaráin, Luis Britto García y Carlos Rafael Giacopini quienes presurosos a cumplir las disposiciones del amo establecerán los asuntos de especial trascendencia sobre los que deberá tratar este órgano, entre los que seguramente incluirán aquellos que garantice a los designados y sus acólitos la permanencia en el poder, la negociación con ventaja de su tranquilidad, la conservación de sus bienes mal habidos siendo consientes de la debacle que sin misericordia se cierne sobre quienes privilegiaron sus intereses a los del país.

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