domingo, 19 de octubre de 2014

¿Cuanto vale una posición en la ONU?

 
El dinero y el petróleo venezolano no solo sirven para comprar conciencias, voluntades  y poner precio al honor de  hombres y mujeres, sirve también  para comprar posiciones sin importar dónde. En esta oportunidad  en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La aprobación de Venezuela para formar parte del organismo internacional no es un reconocimiento a la revolución bolivariana violadora de derechos humanos y enemiga de la democracia, es un mandato   para cumplir  con la responsabilidad impuesta por la Carta de la Naciones Unidas para  “mantener la paz y la seguridad internacional” derogada a un país que ha destruido la paz y ha promovido la inseguridad como política de estado.
Al frente de esta designación estará María Gabriela Chávez, señalada por delitos de corrupción que según Elías Jagua “busca llevar el mensaje profundo de Chávez a la ONU”. Son ciento noventa y un países miembros del organismo internacional, lo que sin duda debe haberle costado a Venezuela una fortuna en cabildeo.  

Lo que Rafael Ramírez vende como un logro de la revolución es  una compra estéril, considerando que los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU,  Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido tienen derecho a veto. Si alguno de estos países vota en contra de una propuesta, está queda rechazada  aunque el resto de los países miembros hayan votado a favor.

La designación de Venezuela como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU para el periodo 1 de enero de 2015 al 31 de diciembre de 2016, deja en evidencia que la profundidad de los bolsillos de algunos y los intereses de los estados prevalecen ante la paz de una sociedad y más aún están por encima de la democracia como sistema de gobierno.

Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun

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