La historia es cíclica solo
cambian los actores, el pasado seis de Diciembre de 2015 los venezolanos pasaron
la factura a quienes hace más de una década llegaron al poder erigiéndose defensores
de un pueblo que en época de democracia era humillado y abandonado por la clase
política del momento, se encumbraron en él y los arropo la ambición,
incurrieron en el repetido error de olvidarse del poder que tiene la gente
común y humilde.
Después de cuarenta años,
como consecuencia del olvido político llegó al poder un proyecto trasnochado
que fracaso por la misma razón, de él nació una nueva clase sangre azul debido
a las riquezas que le saquearon al país y que dieron prioridad a sus ambiciones, una ambición
que convierte a los políticos en mercaderes que ven en el poder la manera de enriquecerse y no de brindar
ayuda y aportar soluciones a las necesidades, los convierte en sapos que en su
terquedad se estrellan con la misma piedra y en zorros que pierden el pelo pero
no las mañas.
La estabilidad de un país
no funda sus bases sobre la espalda de
falsos profetas con agendas ocultas ni sobre aparatos represivos, debe fundarse
sobre el respeto a las ideas, a la alternabilidad de poder y la aplicación consecuente de un proyecto
social que tome en cuenta al verdadero
protagonista de cambios y responsable de encumbrar o defenestrar presidentes, el
pueblo venezolano.
Debemos entender que la
permanencia en el poder por largos periodos de tiempo deshumaniza, sobre todo
si quién lo ejerce está movido por la ambición, el desconocimiento y la
ignorancia, la política que rija un país debe ser civilizada y no una carnicería
política donde el que legítimamente se opone es un traidor y un peligro
potencial al poder que ostentan quienes gobiernan.
Venezuela tiene recursos naturales que administrados de
manera correcta permitirían que despunte como el país más importante de la
región, pero tiene también el recurso
humano que la ha gobernado irresponsablemente, que ha sido el artífice de la
desgracia que hoy vive, los venezolanos no necesitamos un verdugo que nos
irrespete y humille, después del caótico trayecto recorrido durante los últimos
años tenemos que haber aprendido que el
camino hacia la democracia es un aprendizaje colectivo que debemos sostener y
practicar.
El pueblo venezolano volvió
a pasar factura a quienes no entendieron que el compromiso social es el norte
que debe regir las actuaciones y prioridades de quienes ejercen el poder por
decisión soberana, quienes llegaron al poder en 1.998 no entendieron que el
problema de un gobernante no debe ser que haya ricos, sino que hayan pobres.
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
Coronelantoniosemprun.blogspot.com
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