Después del grave
accidente que sufrió el país que lo mantiene
en terapia intensiva desde hace diecisiete años, no hay un venezolano que no
sufra la escasez y el desabastecimiento que hay en el país, que no se queje de
en lo que convirtieron a Venezuela los delincuentes que han hecho del poder que
usurpan la pistola que los asesina.
Para tapar el
monumental desastre que crearon, colocaron una mordaza a la libertad de
expresión, por lo que la prensa extranjera cada vez con mas frecuencia refleja la
realidad de inseguridad, miseria y muerte que viven los venezolanos, la más
reciente noticia fue la muerte de Oliver Sánchez, un niño venezolano de ocho
años que perdió la batalla contra un linfoma No-Hodgkin por no tener medicinas
para combatirlo a pesar de haber hecho publica su necesidad.
Mientras Oliver mostrando
su gallardía se sumo a una de las tantas protestas que a diario se ven en el
país por falta de medicinas, se sentó en la banca de una plaza publica con su
boquita tapada para enviar al régimen depredador de Nicolás Maduro y al mundo
un mensaje escrito por él en una cartulina blanca que decía “QUIERO CURARME,
PAZ Y SALUD” su corta vida se estaba yendo, el mensaje escrito por Oliver gritaba en silencio lo que
le esta pasando a muchos venezolanos que están muriendo porque no encuentran las
medicinas para combatir la enfermedad que los
aqueja.
Dinero y poder
impiden a las indolentes madres de ésta repugnante revolución, escuchar la
palabras de la abuela de Oliver Sanchez,
cuando expreso “que su nieto le decía que quería vivir, que era un niño
muy fuerte” se resigna diciendo “PERO BUENO, NO SE PUDO NO SE PUDO”, porque
tienen la madres venezolana que resignarse a que sus hijos pierdan la vida, que
sus hijos no cumplan sus sueños de ser bailarin, inventor o bombero como soñaba
Oliver, y porque los hijos de las
“madres revolucionarias” si verán
cumplidos los sueños y si podrán lograr vivir si los ataca una penosa
enfermedad, seguramente porque estas ultimas creen que con el dinero robado le
sobran los medicamentos que necesitan.
Nicolás Maduro,
responsable de la tragedia humanitaria en la que su régimen sumergió a
Venezuela ignoro el mensaje de Oliver Sánchez, hoy este niño venezolano es un
numero más que engrosa la trágica estadística de muerte de un régimen asesino que
el único objetivo que persigue es mantenerse en el poder a cualquier precio. Mientras
las cuentas bancarias de los delincuentes del régimen engordan en bancos
extranjeros como resultado del robo al erario nacional, en Venezuela más de
cinco mil mujeres con cáncer de mama corren riesgo de perder la vida, más de
dieciséis mil venezolanos presentan graves problemas renales, un enorme numero
de ancianos corren riesgos de
hipertensión o diabetes y más del
ochenta por ciento de los hospitales del país no tienen equipos ni insumos
médicos.
La muerte de
Oliver no le importo al régimen como no le importara las vidas de quienes
continúen muriendo, en su esquizofrénica carrera por conservar el poder solo
habla de golpes de Estado cuando son ellos quienes golpean al Estado, impone
regulaciones, decreta Estados de Excepción y de Emergencia, ordena a la
servidumbre atrincherada en el CNE y en la Sala Constitucional del TSJ
decapitar toda acción que pueda poner en riesgo el poder que ostentan.
La manada de
hienas que en Venezuela soltaron los sanguinarios hermanos Castro siguen
haciendo sus marra musías y riéndose de ellas debido al servilismo, la traición
y la complicidad de una cúpula militar corrupta y de algunos políticos negociadores,
por lo que la opción que tenemos los venezolanos es actuar en legitima defensa
para hacer el trabajo de quienes la ambición personal y partidista no les deja
ver el calvario que viven sus compatriotas.
Cnel (GN) Antonio Semprún
@antoniosemprún
coronelantoniosemprún.blogspot.com
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