La casa es el lugar sagrado donde se construye con sacrificio, alegrías, tristezas, limitaciones, logros y fracasos la historia familiar, jamás debería servir de carcel para ningún ciudadano, menos cuando éste no ha transgredido el ordenamiento legal de un país.
La casa, cambia exponencialmente las condiciones de cárcel de una persona que sigue siendo un preso, al que se le continúan violando derechos fundamentales, como el derecho de expresarse y transitar libremente.
La debilidad de una tiranía la obliga a tomar decisiones desesperadas, liberar a quien consideraba "monstruo verde" y enemigo de la misma, refleja el triunfo de la presión que los venezolanos han puesto en las calles. Calles que deben seguir gritando, hasta que no quede un ciudadano detenido por protestar por sus derechos y se haya liberado a la libertad que aún permanece secuestrada por una banda de delincuentes.
Cnel (GN) Antonio Semprun
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