La mentira un comodín de corto aliento usada para alcanzar objetivos.
Antonio Semprun
La ineptitud del régimen que sepulta a Venezuela, lo lleva a desempolvar la tesis del magnicidio, un concepto manoseado por muchos años de manera conveniente por Fidel Castro, Hugo Chávez y ahora por el extranjero usurpador con la intención de distraer la atención sobre la grave crisis en la que han sumergido al país.
Magnicidio refiere a un asesinato, a una muerte violenta dada a una persona muy importante por su cargo o poder, son muchos los casos de magnicidio que se han perpetrado por cuestiones ideológicas y políticas con la intención de producir una crisis institucional o un golpe de estado.
Si bien es cierto Venezuela no es una persona natural, a diferencia de las decenas de acusaciones hechas por el extinto dictador venezolano y ahora de su ignorante heredero sobre la planificación de magnicidio en su contra, en los que no hay un responsable, Venezuela si tiene responsables del intento de magnicidio que a diario se ejecuta en su contra.
La insistencia de implementar en el país un proyecto ideológico fracasado en todas las latitudes donde se ha querido implementar, ha hecho que el régimen ejecute cada día el plan para asesinar a Venezuela y a sus ciudadanos, con la intención de permanecer en el poder e imponer sus desacertadas políticas.
La entrega de la Soberanía Nacional, la entrega de las reservas internacionales en oro, el desabastecimiento injusto al que es sometida la población, la escases de insumos que pone en peligro la vida de miles de venezolanos afectados por diferentes enfermedades como consecuencia de la falta de divisas para su importación, la inseguridad como política de estado que genera cada fin de semana un doloroso parte de guerra, convierte a Maduro y a su banda de delincuentes en actores materiales e intelectuales de magnicidio contra Venezuela
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
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