domingo, 3 de julio de 2016

Jugando con el hambre



En los cuarenta años que antecedieron al adefesio que tiene a los venezolanos muriendo de hambre y sometidos a las peores humillaciones que puede enfrentar un ser humano siempre hubo diferencias entre los que lo tenían todo, los que podían  darse uno que otro gusto y quienes a duras penas satisfacían sus necesidades básicas.

Siempre hubo esas diferencias, lo que nunca hubo fue ver a venezolanos haciendo colas para comprar comida, que los marcaran como reses para evitar que repitan una compra de alimentos, que les entregaran un carnet de alimentación emitido por el Consejo Comunal  de la zona en la que vive el Jefe de Familia como es denominado quien recibe una bolsa de comida que debe durar  un mes sin importar el numero de los integrantes, jamás se vio niños muriendo de hambre o madres ahorcándose por la desesperación de no encontrar comida para sus hijos como es el caso de la señora Carmen Sánchez en el municipio Santa Rita.

La brutal escasez de alimentos, la inflación que ha elevado el valor de la cesta básica a  303.615 Bs, mientras el salario básico es de 33,636 Bs ha creado un ambiente de angustia en los venezolanos, las estadísticas reflejan que mueren veintiocho niños al día por desnutrición, las madres están abandonando a sus hijos por no poder alimentarlos, los saqueos en busca de comida están a la orden del día, este dantesco escenario es responsabilidad de quienes sin control han administrado el país durante los últimos diecisiete años.

La ineptitud y el uso del poder para esconderla se  ve en todas las dependencias del país, un juez prohíbe hablar  del General Carlos Osorio responsable político de la grave crisis alimentaria que enfrenta Venezuela, se detienen  venezolanos por el “delito” de protestar porque tienen  hambre, ésta desgracia solo la vive el venezolano de a pie, los jerarcas del régimen están preocupados por conservar el poder a costa del hambre, la desesperación y la muerte de niños y padres venezolanos.

Estómagos vacíos no tienen color ni ideología política, estamos al borde de un precipicio mientras el sector político sigue sembrando esperanzas y promesas, los mueve el interés, misma razón que movió a los doce país que votaron por el “no” para que se aplicara la Carta Democrática contra Venezuela en la OEA, no les conviene tomar acciones contundentes en el momento critico que vive el país para no “quemarse” la preocupación por su estatus quo los hará ver venir un tsunami ocasionado por la impotencia y desesperación de un pueblo.

Nicolás Maduro, su servidumbre y algunos políticos de la oposición han jugado con el dinero, las propiedades, las empresas, los trabajos de los venezolanos y no ha pasado nada, jugar con el hambre de un pueblo es jugar con un barril de pólvora sobre una fogata.

Cnel (GN)  Antonio Semprún
@antoniosemprún
coronelantoniosemprún.blogspot.com

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