domingo, 18 de junio de 2017

Señores embajadores de la OEA


El día que el Señor Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos ponga sobre la mesa del organismo multilateral la solicitud para que se aplique la Carta Democrática en Venezuela un país donde se implantó la tiranía, la historia pondrá en sus manos una responsabilidad histórica que los llamará no solo a cumplir y hacer cumplir los preceptos establecidos en los acuerdos que suscriben los paises miembros, sino también a cumplir lo que indican los principios éticos y morales.

Es hartamente conocido por ustedes que Venezuela, país miembro de la OEA vive los momentos más agobiantes de su historia republicana, circunstancia que debe motivarlos a entender que la paz del vecino es la propia paz, tener presente esto les  hace saber que la tragedia que hoy azota al pueblo venezolano amenaza con extenderse a toda la región.

La aplicación de la Carta Democrática a un país en el que sus "autoridades" hicieron de la Carta Magna y del ordenamiento jurídico un traje a la medida para desmontar la democracia y violar flagrantemente los derechos humanos tiene que encender alarmas de riesgo sobre la estabilidad de la democracia en la región. 

El pueblo venezolano espera que ustedes en representación de sus gobiernos, asuman  una posición digna y ejemplarizante que ayude a Venezuela que en otrora fuera vitrina de democracia y refugio de los ciudadanos del mundo que huyeron de sus países  debido a la crítica situación social, económica y política que los oprimían.

El diálogo que se realizó tuvo una agenda oculta que solo buscaba oxigenar la tiranía y mantenerla en el poder  mientras los venezolanos siguen muriendo de hambre por falta de medicinas y alimentos y la inseguridad usada como política de estado ha convertido las calles en morgues.

La sociedad venezolana está siendo aniquilada impunemente ante la mirada indiferente del mundo, en nombre del noble pueblo venezolano que no merece la tragedia que vive, y antes de que el costo social sea de proporciones inimaginables por las acciones de una sociedad  angustiada y desesperada pedimos a ustedes que llegado el momento se expresen con nobleza moral,  solidaridad y humanismo para que tomen la decisión correcta no la conveniente.

Señores embajadores, siempre será más honesto hacer negocios, establecer acuerdos y mantener relaciones económicas, políticas y sociales con autoridades legítimas y demócratas que tenerlas con delincuentes que actúan al margen de la ley, lo primero es reflejo de legitimidad y transparencia, lo segundo es reflejo de complicidad con actos ilegales y violatorios de derechos.

Por una Venezuela libre, que Dios los ilumine.

Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
coronelantoniosemprun.blogspot.com

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